Víctor Jiménez Bueso.Tengo dudas sobre el dilema político que sitúa al PSOE, partido en el que milito desde hace dos décadas, en el ojo de una tormenta perfecta. No hay una única solución y las distintas alternativas entrañan riesgos y señalan tensiones. El PSOE es, en mi opinión, un partido flexible y dinámico, acostumbrado al debate interno, con una amplia y heterogénea base militante y cuadros capaces y formados en todos los niveles territoriales. El partido que más tiempo ha gobernado España desde el retorno de la democracia parlamentaria tiene resortes para absorber este reto.
Posibilitar la investidura de Rajoy es anatema para una parte importante de la militancia socialista y para muchos votantes. Acudir a unas terceras elecciones, también. Pero no se puede sorber y soplar. Es legítimo defender el voto en contra de un candidato que no sea del PSOE. Pero la misma lógica sirve para evitar a toda costa unas terceras elecciones que podrían reforzar más las posiciones conservadoras que se pretenden combatir.
Además, están las dificultades prácticas para alcanzar acuerdos con los partidos de ámbito nacionalista. Y la fragmentación del voto progresista, más acuciante que en la derecha. Y hay más. Subyace un debate sobre el modelo territorial que queremos para España, y no parece sensato alejarnos más de este objetivo. Con estos mimbres, hay que hacer el cesto.
El PSOE quiere resolver este dilema sin despegarse de su militancia. Apostar por una vía de solución para construir el relato socialdemócrata capaz de generar nuevos consensos sociales es labor del Comité Federal. Reforzar el papel de los alcaldes y los portavoces del PSPV en l'Horta Nord y manifestar su visión, corresponde al Comité Comarcal, que se reunirá el próximo 22 de octubre. Tal vez la diferencia con otras formaciones políticas resida en la oportunidad y la conveniencia de este debate interno. Y a todos ustedes les corresponde juzgar si el PSPV-PSOE en l'Horta Nord ha estado a la altura de sus expectativas. Confío en que será así.
