Tras la realización del primer acto de protesta de la campaña "El virus mata y el Ayuntamiento remata" contra los recortes de terrazas en el actual contexto de pandemia, y una vez conocida la respuesta de la concejala Lucía Beamud al respecto, la Coordinadora de la Hostelería de los Barrios de Valencia quiere realizar las siguientes aclaraciones:
Pretender justificar en términos de protección de los entornos BIC o de lucha contra el ruido la nueva campaña de recortes de terrazas en Valencia, en el contexto de la emergencia sanitaria y la pandemia del Coronavirus y con un TOQUE DE QUEDA impuesto para proteger nuestra salud, y que incluye severas restricciones a la actividad de los horarios del ocio y la hostelería, es un perfecto ejemplo de inhumanidad y de desconexión con el sentido de la realidad. Sobre todo, en un momento en el que las restricciones a la actividad de las pymes se vuelven a agudizar en plenas Navidades y se anticipa el horario del toque de queda.
Resulta inconcebible que en este contexto la acción política dirija sus actuaciones a restringir la actividad de las pymes hosteleras que se están arruinando y enviando a sus trabajadores al paro y a las colas del hambre, utilizando argumentos que en estos momentos son secundarios.
En este contexto, justificar los recortes de terrazas que están afectando a más del 50% de su superficie explicando que se pueden acoger a las ampliaciones de las terrazas Covid también es una broma de mal gusto. Y más, si tenemos en cuenta que estos recortes se aplican con carácter permanente y definitivo.
Asimismo, pretender utilizar las recomendaciones del Sindic de Greuges o la sentencia del Tribunal de Justicia reclamando la aplicación de la ZAS en Russafa, es injustificable, ya que ambos reclaman la puesta en marcha de medidas de lucha contra el ruido sin prejuzgar ni anticipar el resultado de la puesta en marcha de esas medidas ni de las posteriores mediciones. Al respecto, recordamos que la sentencia del TSJ, además, ha sido recurrida por el colectivo hostelero y admitida a trámite por parte de los tribunales para evitar que todo el contencioso pudiera quedar anulado por los defectos en su tramitación que el tribunal ha venido a reconocer.
Además, la apuesta por las medidas restrictivas contra las pymes no se corresponden con los compromisos adquiridos durante la anterior legislatura y que dieron lugar a la aprobación en el pleno municipal del Observatorio del Ocio y el Turismo para abordar, de una manera dialogada, un plan y una batería de medidas de lucha contra el ruido. Una herramienta fundamental que permitiera dejar atrás un modelo fracasado como es el de las ZAS y apostar por medidas eficaces y novedosas que ya están encima de la mesa del Ayuntamiento de Valencia desde hace más de 2 años.
Por ello, resulta inaudito que el Ayuntamiento de Valencia pretenda instalarse en el debate de la lucha contra el ruido con las medidas y argumentos de hace 25 años, que han sido un fracaso y han ignorado la evolución de este debate durante los últimos años, desoyendo propuestas de actuación como el de las terrazas sostenibles o la aplicación de la mediación social, que ya se están aplicando en otras ciudades con magníficos resultados.
Insistimos en que es sorprendente e inapropiado que se pretenda justificar lo injustificable acudiendo a modelos de trabajo superado y que pretenden torpedear las vías de diálogo y los puentes existentes entre los colectivos sociales para avanzar en soluciones concretas. Estamos hablando de uno de los problemas históricos que los diferentes consistorios de la ciudad de Valencia no han sabido resolver hasta ahora y que parecían por fin encaminarse hacia una vía de solución. Sin embargo, ahora se ve torpedeado por las actuaciones de la Concejalía de Espacio Público, que han reactivado un clima de confrontación en un contexto social y económico de preocupación y desesperación por parte de los colectivos sociales y de la actividad de las pymes.
De la misma forma, resulta sorprendente que se anuncien las restricciones de las terrazas como una medida positiva, en el mismo contexto en el que la Concejalía de Espai Public pretende destacar la importancia de su campaña de concesión de nuevas terrazas y de sus ampliaciones en medio de la crisis del COVID. Esto es completamente contradictorio con la defensa de los recortes de las terrazas para evitar el ruido en la ciudad.
Por todo lo dicho y entendiendo que este conflicto se va a extender por toda la ciudad, teniendo en cuenta el anuncio de nuevos recortes de terrazas que ya se han comunicado en Ciutat Vella, tal y como los asesores de la concejalía nos transmitieron en la reunión del pasado miércoles 16 de noviembre, pone de manifiesto la deriva injustificable de la campaña de recorte de terrazas promovida por Espacio Público.
Teniendo en cuenta el colapso de la actividad de la hostelería y el dramatismo de su situación, agudizado con las nuevas medidas de recorte, urge paralizar toda esta campaña de recortes y acoso a las pymes hosteleras y la vuelta al clima de diálogo que la aprobación en el mes de abril del 2018 de la creación del Observatorio del Ocio debería haber puesto en marcha y que 18 meses después sigue sin activarse, incumpliendo los acuerdos establecidos y los compromisos adquiridos con los distintos colectivos sociales vecinales y sectoriales por parte del Ayuntamiento de Valencia.
Ante esta situación, hoy mismo la Coordinadora ha remitido diferentes escritos a la Federación de Vecinos, a las asociaciones sectoriales y a las asociaciones de consumidores para reactivar los contactos que permitan analizar la crisis provocada por los incumplimientos del Ayuntamiento de Valencia a la hora de promover nuevas estrategias y modelos de actuación para proteger la actividad de las pymes y defender la calidad de vida en la ciudad de Valencia.