Telecinco debería reflexionar sobre Sálvame tras el bochornoso espectáculo entre Belén Esteban y Lydia Lozano

Mantener como líder de audiencia un programa de 4 horas diarias más otras 5 horas en la noche del viernes durante años tenía que acabar mal. Y el viernes, Sálvame Deluxe superó todos los límites y debería hacer reflexionar seriamente a la productora y Telecinco. El espacio que presenta Jorge Javier Vázquez recibía a Belén Esteban después de que le hayan robado en su vivienda mientras descansaba unos días en Estados Unidos. Hasta ahí, todo normal. Pero la princesa del Pueblo llegaba muy alterada y con ganas de guerra con algunos colaboradores, como Kiko Matamoros y María Patiño, aunque acabó cebándose con Lydia Lozano.

El resultado, más allá de los pormenores, fue el abandono de la Esteban del programa y un ataque de nervios de la Lozano, quien rompió a llorar cuando la de San Blas le acusó de mantener a su marido y la periodista le respondió que no todo vale, que no se pueden superar ciertos límites por la audiencia, refiriéndose que su pareja no es un personaje público y que no es comparable con Fran.

El espectáculo fue bochornoso y la sensación que tuve fue que se había llegado ya a un punto que debía hacer reflexionar profundamente a la productora y a la propia Telecinco. Aunque el programa fuera líder de audiencia, Sálvame ya ha superado todos los límites, ha exprimido a sus colaboradores y ya no es un programa transgresor ni simpático, sino que puede acabar dañando seriamente la salud de los colaboradores -el ejemplo de Belén Esteban es más que evidente- y perjudicar a Telecinco y Mediaset.

Desde mi punto de vista, el programa debería acortarse, buscando nuevos espacios que conecten con la audiencia, pues con una menor duración no necesitarán llenar horas y horas masacrando a sus propios colaboradores. Sálvame ya no es lo que era. Cansa. Y lo que es peor, produce un rechazo creciente.

Belén Esteban debe retirarse un tiempo, el suficiente para superar el problema con las adicciones anunciado por ella misma, antes de volver a estar en el punto de mira. O eso, o efectivamente acabará por ser un nuevo juguete roto de la televisión.