El sindicato UGT ha asegurado que este mes es "decisivo" para conocer el futuro de Ford Almussafes ya que a finales de mismo, o incluso ya la próxima semana, la dirección de Ford Europa tomará la decisión de si los vehículos eléctricos se fabricarán en la planta valenciana o en la alemana de Saarlouis.
Desde el sindicato han señalado, en una nota interna, que la plataforma de vehículos eléctricos GE2 podrá ubicarse o bien en Saarlouis o bien en Almussafes, y fuentes sindicales han añadido que se espera que la decisión final sobre la planta elegida sea la próxima semana.
"Después de que alcanzáramos el Acuerdo por la Electrificación el pasado 27 de enero en Colonia (Alemania), que posteriormente fue refrendado por la mayoría de la afiliación mediante consulta telemática", se abrió un periodo de consultas en ambas fábricas que ha durado cinco meses, recuerdan desde UGT, sindicato mayoritario en el comité de empresa.
En esos cinco meses "aún se desconocen los detalles del acuerdo que abarca a todo Ford Alemania (con 20.000 trabajadores aproximadamente)", han agregado.
Según el sindicato, Ford ya hizo pública su decisión de transformar la fábrica de Colonia en la Central Eléctrica para Europa, con la consiguiente inversión, y ahora "toca decidir dónde invertir para fabricar los dos modelos eléctricos de la nueva plataforma".
De esta manera ya solo quedarán dos fábricas de vehículos en Europa, lo que supone, a juicio de UGT, una transformación "radical y arriesgada" del negocio de Ford en este continente.
El acuerdo de enero para Almussafes, han asegurado, "tiene que posibilitar" que la electrificación de la planta valenciana "sea una realidad y quede asegurado el futuro de la fábrica para más de una década", ya que se trata de un acuerdo que permite adaptarse a esa transformación, y también que la factoría pueda ajustarse a esa nueva realidad.
En caso de no ser así, la situación "se tornaría más que delicada", han explicado desde el sindicato, pues "resulta difícil imaginar en qué se podría transformar una megafactoría como la nuestra o la de Saarlouis (por tamaño y volumen de trabajadores), y el proceso tan complicado, costoso y de pronóstico tan incierto que conllevaría (véase el ejemplo de Nissan)".
Desde UGT se tiene la seguridad de "haber afrontado una difícil y decisiva negociación" y de que en enero se logró "el acuerdo necesario" que, ahora, "debe dar sus frutos y que también debe ser la base de futuras negociaciones".