Investigadores de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) y el Hospital Universitario Doctor Peset de València han descrito los mecanismos moleculares que se modifican en el organismo de las personas con obesidad cuando hacen dieta y pierden peso.
"Los resultados muestran que los pacientes mejoran en los parámetros de riesgo cardiovascular, incluyendo una menor adherencia de los leucocitos a la pared endotelial de los vasos sanguÃneos, y también muestran una disminución del estrés celular y de los niveles de marcadores inflamatorios", explica Sandra López Domènech, investigadora que ha realizado este estudio en el marco de su tesis doctoral, defendida el 12 de marzo en la Universitat de València.
El estudio incorpora dos intervenciones dietéticas diferentes realizadas sobre 60 pacientes con obesidad. En la primera intervención, los sujetos fueron sometidos a una restricción calórica intensa que consistió en una dieta de muy bajo contenido calórico (650 calorÃas diarias) durante 6 semanas.
A continuación, los participantes en el estudio se sometieron a una dieta de bajo contenido calórico (1200-1500 calorÃas diarias) durante las 18 semanas siguientes, perdiendo en consecuencia alrededor del 10% del peso corporal (unos 15 kg. en promedio) en 6 meses.
En la segunda intervención, las personas investigadoras proporcionaron un alimento funcional, el edulcorante pinitol, en forma de refresco diario durante 12 semanas.
Los resultados indican que la obesidad se caracteriza por un estado de inflamación generalizada y estrés celular como consecuencia de la ingesta excesiva de nutrientes. El estrés celular tiene lugar de forma especial en los leucocitos, unas células del sistema inmunológico que se encuentran en la sangre.
En respuesta al estrés, estas células se activan iniciando la formación de placas arterioescleróticas, lo que explicarÃa por qué las personas con obesidad tienen mayor riesgo de padecer accidentes cardiovasculares.
Leucocitos adheridos a los vasos sanguÃneos
Para estudiar con el máximo detalle los fenómenos que suceden en el cuerpo cuando una persona gana peso de forma excesiva y cuando adelgaza, los investigadores analizaron la sangre de personas con obesidad y determinaron, por un lado, los niveles de intermediarios quÃmicos de diversas rutas bioquÃmicas (inflamación, metabolismo, supervivencia celular).
Además, las personas investigadoras estudiaron el estado de activación de los leucocitos, extraÃdos de los mismos pacientes y cultivados en el laboratorio junto a las células endoteliales que recubren la pared interna de los vasos sanguÃneos, con el fin de analizar en qué medida los leucocitos se adhieren a las mismas.
"Hemos descubierto que, en las personas obesas, los leucocitos activados ralentizan su velocidad dentro del flujo sanguÃneo y tienen una mayor tendencia a adherirse a la pared interna de los vasos sanguÃneos", explica la doctora López Domènech, quien además de investigadora es uno de los sujetos participantes en el estudio.
"En consecuencia, los leucocitos migran al espacio subendotelial e inician, junto con otras señales intracelulares, el proceso ateriosclerótico que finalmente puede llegar a ocluir el vaso sanguÃneo y producir infartos y accidentes cerebrovasculares", añade la investigadora.
"Hemos observado que a medida que aumenta el grado de obesidad del paciente, la adherencia de sus leucocitos a la pared endotelial de los vasos sanguÃneos es mayor", manifiesta Milagros Rocha, investigadora de Fisabio en el Hospital Universitario Doctor Peset, quien ha liderado el estudio y la tesis doctoral de Sandra López Domènech.
La mayor adherencia de los leucocitos a la pared endotelial, es decir, el mayor riesgo cardiovascular, se manifiesta de forma subclÃnica. "En otras palabras, se produce en cuanto una persona sobrepasa el umbral de peso normal, aun cuando tenga unas analÃticas de sangre sanas", matiza Rocha y añade "la obesidad es siempre una situación patológica".
En su tesis doctoral, considerada una de las tres mejores del 2019 por la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad, López Domènech también describe que las personas con obesidad sufren más frecuentemente de periodontitis crónica, una enfermedad dental e inflamatoria que agrava el riesgo cardiovascular en esta población y que se tendrÃa que controlar en estos casos.
Grasa subcutánea y grasa visceral
El análisis de los diferentes depósitos de grasa corporal, extraÃdos durante la cirugÃa de bypass gástrico a la que se sometieron los pacientes después de la intervención dietética de 6 meses, muestra que la grasa subcutánea, pero no la visceral, es más sensible al tratamiento con pinitol, reduciéndose las señales de estrés e inflamatorias.
"Este hallazgo indica que la grasa subcutánea, la que se deposita debajo de la piel, es una diana terapéutica activa para reducir la inflamación y el riesgo asociado", explica Milagros Rocha. "Cuando el cuerpo empieza a almacenar la grasa en las vÃsceras, la ganancia de peso es más difÃcil de frenar y revertir, y por lo tanto, el riesgo cardiovascular aumenta", añade la cientÃfica.
La obesidad es una patologÃa cada vez más frecuente en los paÃses occidentales y está asociada a un riesgo de muerte 3 veces mayor al del resto de la población.
Siendo de muy difÃcil abordaje dados los numerosos y variados factores implicados (biológicos, psicológicos y sociales), las intervenciones terapéuticas actuales son multidisciplinares e incluyen cambios en el estilo de vida y la alimentación, la cirugÃa bariátrica y el tratamiento farmacológico.