Los ciudadanos que viven en toda la cuenca mediterránea deben ser conscientes de que residen en lo que se conoce como un "hot spot" del cambio climático, un punto especialmente sensible a este calentamiento global que hace que cada vez sean más extremos y frecuentes fenómenos como las últimas danas registradas en la zona.
Asà lo explica la coordinadora del área de MeteorologÃa y ClimatologÃa del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Samira Khodayar en una entrevista con EFE con motivo del primer aniversario de la dana del 29 de octubre que dejó 229 muertos en la provincia de Valencia, en la que asegura que la cuenca mediterránea es uno de los puntos más sensibles del planeta a nivel de cambio climático. Los impactos aquà "son más intensos que en otras regiones".
Ha indicado que se están dando factores como el aumento progresivo de la temperatura atmosférica y del mar que nos llevan a patrones cambiantes de precipitación en magnitud y tiempo y a una "extremización de los fenómenos".
Estos fenómenos extremos, señala la investigadora, hacen más agresivos los fenómenos que de por sà ya son tÃpicos del clima mediterráneo como las olas de calor, las precipitaciones y las consiguientes inundaciones
La propia variabilidad natural se ve ahora acelerada por el cambio climático antropogénico que en las últimas décadas "ha tenido un aumento muy rápido y acelerado", ha señalo, al tiempo que recuerda que desde 1982 la temperatura del Mediterráneo ha aumentado hasta 1,6 grados. Y en los últimos años, ese calentamiento se está acelerando.
Además, ese calentamiento es desigual, y en la parte oriental del Mediterráneo el calentamiento es mayor y se habla ya de "tropicalización de nuestras costas", lo que "no solo perjudica a los ecosistemas marinos sino que nos afecta directamente".
Khodayar ha explicado que la dana del 29 de octubre del año pasado "desafortunadamente ha sentado un precedente para la sociedad de nuestra generación" porque, aunque "no es la primera vez que se produce un fenómeno catastrófico" en la región, en esta ocasión "sà ha generado una alerta y una educación en la población que no existÃa".
A juicio de la coordinadora del CEAM, "uno de los grandes problemas" que explican en parte la tragedia fue "la falta de percepción del riesgo", aunque no fue "ni el más grave, ni el único".
Tras la catástrofe, "la gente está más alerta" respecto a los fenómenos adversos, algo que puede haberse visto ya en la minimización de daños personales en la última dana que afectó a la Comunitat Valenciana y a la provincia de Tarragona.
La investigadora ha asegurado que en toda esta cuestión de los fenómenos extremos hay ejes fundamentales, el primero de los cuales es la comunicación cientÃfica y con rigor, con observación y hechos para formar a la sociedad de tal forma que puedan ser conscientes de los riesgos.
"Viviendo en una región que sufre de manera intensa estos fenómenos, es fundamental que la ciudadanÃa tenga conocimientos base de los riegos y consecuencias, y de las medidas que ellos mismos pueden implementar para la autoprotección", ha indicado y añade: "hay que saber qué podemos hacer".
En segundo eje serÃa la prevención con la inversión en ciencia. "Ya estamos de lleno en el problema", ha señalado Samira Khodayar, y "no es suficiente la mitigación", por lo que "nos tenemos que adaptar a las nuevas condiciones del Mediterráneo" porque suponen, además de las pérdidas humanas, "grandes pérdidas para los sectores prioritarios socioeconómicos".
Unas grandes pérdidas que "afectan y reducen el PIB" al perjudicar directamente a la agricultura, la ganaderÃa y la pesca.
Por último, la investigadora reflexiona sobre el negacionismo del cambio climático y hace hincapié en que ya no se cuestiona tanto ni de manera tan clara que sea una realidad, sino las medidas y normas que se aplican para su mitigación, "algo que es muy distinto".
En negacionismo, explica, "es algo ya muy residual", y en estos momentos "muchos aspectos que se debaten no son negar el hecho fÃsico sino los intereses económicos" frente a esas medidas.