Fotografía de Austin Neill en Unsplash
Se ha
hablado mucho últimamente de los aerotaxis, aunque de momento
todavía no sobrevuelan por encima de nuestras cabezas.
Los
aerotaxis son pequeños aviones eléctricos de despegue y aterrizaje
vertical (eVTOL, por sus siglas en inglés) y su popularidad cada vez
crece más en todo el mundo. En Estados Unidos, las autoridades han
tenido que publicar ciertas normas para añadir formalmente a este
tipo de máquinas a la lista de aeronaves reguladas.
Se
dice que los aerotaxis, que combinan características de los
helicópteros y los aviones, podrían ayudar a reducir las
congestiones de tráfico en las grandes ciudades a un precio
asumible, aunque también se contemplan como una alternativa al
transporte de mercancías.
La
Administración
Federal de Aviación
(FAA) propuso recientemente la
ampliación de su definición de compañía de transporte aéreo
añadiendo las aeronaves de despegue y aterrizaje vertical a la
lista, lo que supone un importante paso adelante para que los
aerotaxis se conviertan en una realidad.
Las
nuevas reglas serán objeto de debate público antes de entrar en
vigor, con la idea de publicarlas oficialmente en verano de 2023.
Estas reglas expondrán de forma más detallada los criterios que las
empresas deben cumplir para certificar a sus pilotos y poner en
marcha sus operaciones.
La
actualización de las autoridades estadounidenses es indispensable
para que las empresas puedan ofrecer vuelos a los usuarios y para que
los aerotaxis puedan despegar oficialmente. Las empresas, conscientes
de que estos aparatos se presentan como el medio de transporte del
futuro, están intensificando sus inversiones en nuevas tecnologías.
El
sector está asistiendo a una inyección masiva de dinero, ya que las
principales aerolíneas están apostando por estas aeronaves y varias
start-ups
están recogiendo el fruto de los inversores. El hype
por los aerotaxis coincide con la moda de otra tecnología
aeronáutica, los drones
repartidores,
cuyo valor en 2028 está previsto que supere los cinco mil millones
de dólares.
La
tecnología de los aerotaxis se está desarrollando en todo el mundo.
En noviembre, la NASA lanzó con éxito la misión Artemis
1, que volará
más lejos de lo que jamás lo haya hecho ninguna nave espacial
construida para humanos. Sin embargo, la tecnología no solo vuela en
el mundo de la aviación y el espacio: basta con fijarse en las
cifras de otras industrias, como la de los pagos
electrónicos
(que se triplicarán en 2030 hasta superar los 3 billones de
operaciones) o la de los casinos
online
(cuyo valor se prevé que supere los 150 mil millones de dólares en
2028, apenas 30 años después de su aparición), para comprobar el
avance de la tecnología.
Muchos
analistas estadounidenses creen que los aerotaxis no empezarán a
funcionar hasta 2024 o 2025, sobre todo debido al debate sobre la
regulación de estos nuevos artilugios voladores. Aunque los plazos
todavía son inciertos, las empresas están peleando ya por hacerse
con su cuota de mercado, y actores como United Airlines o Delta han
empezado a destinar millones de dólares a la causa.
A
pesar de todo, todavía hay mucho escepticismo. Los desafíos
técnicos existentes, como encontrar espacios para que los aerotaxis
despeguen y aterricen o conseguir integrarlos en los sistemas de
control del tráfico aéreo, así como la tarea de ganarse el favor
de la gente y reducir los costes para que los aerotaxis resulten
asumibles, siguen siendo obstáculos importantes.
Robin
Riedel,
codirector del Centro McKinsey para la Movilidad Futura, espera que
los aerotaxis se limiten a ciertas ciudades y rutas hasta por lo
menos 2030, y que en un principio solo los utilicen empresas o
personas con un alto poder adquisitivo, y no el gran público.
Asimismo, valora también el hecho de que la FAA esté asumiendo la
responsabilidad de crear estas nuevas reglas y normativas, ya que
suponen un importante espaldarazo para el avance del sector.
Conclusiones
Este
último paso de la FAA indica su compromiso de facilitar el progreso
de los aerotaxis, pero a pesar de todo aún es pronto para poder
concretizar sobre el futuro de este peculiar medio de transporte.
Gracias a los avances tecnológicos, quizá los sueños alocados de
los creadores de Los
supersónicos,
cuyos personajes se desplazaban al trabajo en coches voladores, estén
más cerca que nunca de hacerse realidad.
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