Eran las 21:00 horas de la noche del pasado viernes
27 de junio cuando se abrieron las puertas de la sala de conciertos del Centro
Cultual Mirall Jove, impulsadas por el concejal de Juventud y Nuevas
Tecnologías, Juanjo Roca. Sin embargo, no fue hasta las 21:30 horas cuando el grupo
protagonista de la noche decidió dar comienzo a un espectáculo en el que lo
dieron todo.
‘Hearthsides’ es un grupo musical cuyo nacimiento
tuvo lugar hace poco más de un mes. Sus componentes son jóvenes de entre 17 a
22 años que ya tocaban durante muchos años en otros grupos y con otros estilos
a los actuales, y que han decidido unirse para crear eso mismo, una revolución.
Una revolución porque son algo totalmente
diferente. Algo que choca con la musical más comercial que fácilmente se
escucha en cualquier sitio hoy en día. No, su estilo es el ‘Hardcore’; su
género el ‘Hardcore Melodic’, que surgió en Londres y tiene sus antepasados en
el estilo ‘Punk’ de los Estados Unidos de los años 40. Sus canciones,
aparentemente de excesiva violencia, energéticas, agresivas y un tanto
iracundas, no son lo que parecen: son letras que cuentan historias de desamor,
que expresan aquello que una persona puede sentir pero jamás explicar, que
mundializa aquello de ‘Live & Learn’, es decir, ‘Vive y Aprende’, de los
problemas más crueles de la vida y de experiencias personales, que repite una y
otra vez ese “lo siento” que a veces cuesta tanto exteriorizar. Son canciones
que ellos definen “como cartas”, sin estribillos, sin rimas.
Y justo esto fue lo que expresaron durante escasos
20 minutos en el centro cultural con todo el ímpetu que pudieron y supieron al
público, formado por amigos de la banda. Néstor Rivas, de 19 años, era el
bajista, Rubén Irial, el más joven, de 17 años, era el batería, Gonzalo
Gonzalez o ‘Gon’ tenía 21 años y era el guitarrista, y Alfonso Gavilán, de 22
años, era el vocalista, la voz cantante, el que se dejó la voz y el alma en
cada palabra que decía.
El título es ya una metáfora: ‘Hearthsides’ es lo
hogareño, lo familiar. Y de este modo, el grupo musical quiso celebrar su
primer concierto con un grupo de amigos reducido, aunque con proyecciones de
futuro más grandes y colosales.
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