Antonio Ropero, alcalde de Olocau reunido con Emili Altur, diputado provincial. //EPDA El presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, defendió en su día que más que eliminar la Diputación, lo que tendría que hacerse es “racionalizarlas y modernizarlas para que los servicios que presten sean los realmente necesarios”.
Este cambio de las Diputaciones Provinciales, harían que el Estado se ahorrase cerca de 5.000 millones de euros al año. Una solución que Pedro Sánchez puso encima de la mesa en las negociaciones con Albert Rivera y que éste dio por buena, ya que su solución pasaba por eliminarlas directamente.
La Diputaciones Provinciales siempre han jugado un papel complicado en las partidas políticas. Siempre han sido lugares de poder, más cercanos a los Ayuntamientos que la propia Generalitat, en el caso de la provincia de Valencia y por ellos siempre ha contado con la pleitesía de alcaldes y concejales que, aunque a regañadientes, siempre han acudido para beneficiarse de las bondades (económicas) de la institución.
Fue en la era Rus cuando la Diputación acaparó una atención desmesurada. A la llamada del ex presidente y ex alcalde de Xàtiva, todos acudían como acólitos para agredecer su ayuda, su intervención. Después de la inauguración, Rus les daba su ‘urbi et orbi’ particular y se marchaba por donde había venido. Hasta que su gestión saltó por los aires semanas antes de las elecciones (‘dos millons de peles’ tienen la culpa) y la Diputación de Valencia entró en un nueva era dirigida por el PSPV en la figura de Jorge Rodríguez y Compromís cuyo rostro es el de Mª Josep Amigó.
La “nueva” Diputación, como sus gestores la llamaron durante mucho tiempo, ha vuelto a la picota informativa después del malogrado pacto entre Sánchez y Rivera, por la modificación de la misma que querían llevar a cabo. Algo que, de momento, tendrá que esperar. Pero este debate ha hecho que algunos alcaldes de la comarca de Camp de Túria se pronuncien sobre la idoneidad de la presencia del ‘Ayuntamiento de Ayuntamientos’.
Manolo Civera, el alcalde socialista de la ciudad de Llíria, no quiere que la Diputación desaparezca, aunque piensa que su papel es “revisable”. Civera afirma que “deberían fomentar el apoyo a los municipios más pequeños, pero mientras no haya otro tipo de estructura más útil y con otro contenido, la Diputación tiene un papel de apoyo técnico y jurídico muy importante”.
“Jorge Rodriguez ha cambiado un modelo que estaba obsoleto y sólo con el reparto igualitario de subvenciones se nota que estamos en otra época aunque creo que los pueblos pequeños deberían tener un porcentaje más grande para poder mantener ciertos servicios básicos, que sin ese dinero no podrían mantener”, opina el primer edil edetano.
Ante la pregunta de si la institución debería cambiar de nombre, Civera no saber qué responder. “No sé cómo debería llamarse, sólo sé que habría que hacerla más ligera y eso supondría que los Ayuntamientos fuesen más rápidos y modernos”, añade.
La presidenta de la Mancomunitat Camp de Túria y alcaldesa de Marines, Lola Celda es de las que opina que la Diputación es necesaria. “Yo no las suprimiría porque es muy necesaria para los municipios de menos de 5.000 habitantes porque les ayuda a mantener unos servicios que sin sus subvenciones sería imposible mantener”, asegura Celda.
La Mancomunitat que presida apenas tiene relación con la Diputación ya que el dinero del que dispone para llevar a cabo sus programas y el mantenimiento del organismo procede de los Ayuntamientos de la comarca y de la Generalitat. Pero Celda aclara que los servicios que se prestan desde Diputación se podrían prestar desde la Mancomunitat “pero con más dinero, ya que yo no quiero una transferencia de servicios sin el soporte económico necesario. En ese caso, la Diputación sobraría”.
Supresión total
Uno de los más tajantes ante esta cuestión y que no titubeado al dar su respuesta, ha sido el alcalde de L’Eliana, Salva Torrent. “Para mí la Diputación sobre porque en un estado autonómico como el nuestro, sus competencias deberían asumirlas desde la Generalitat”, asevera Torrent. Pero el primer munícipe de esta localidad de Camp de Túria y que cuenta con una diputada provincial como Mercedes Berenguer, piensa en los funcionarios públicos de la institución y la solución que aporta es que “los recoloquen en las consellerias porque si fuese el gobierno autonómico el que asumiese las competencias provinciales, necesitarían más personal”, añade.
Pero Salva Torrent no es el único en la comarca que pide la eliminación de la Diputación. El nuevo alcalde de Gátova por Ciudadanos, Manuel Martínez opina de la misma manera. “La Diputación debería eliminarse y el apoyo que presta a los pueblos pequeños debería gestionarse desde la Generalitat o desde la Mancomunitat”, subraya Martínez.
El primer edil de Gátova narra cómo las competencias de las administraciones provinciales y autonómicas chocaron cuando el Ayuntamiento pidió los permisos necesarios para realizar una serie de obras. “Las órdenes se solaparon en todo momento y no pudimos terminar las obras en el plazo que estaba previsto y si la Diputación no existiese, hubiésemos terminado nuestro trabajo dentro del tiempo estimado”, cuenta el único alcalde de Ciudadanos de la comarca.
La Diputación de Valencia presta un servicio que a los Ayuntamientos les viene muy bien. Cada vez que algún alcalde de la comarca tiene una idea para llevarla a cabo en su municipio, piensa en la Diputación para buscar las ayudas necesarias. Por lo que la institución, hoy en día, cuando la crisis sigue notándose en algunos ámbitos de la sociedad, puede que no sobre Pero para saber si su papel es fundamental o no, sólo lo sabremos si Sánchez pacta con Rivera. O con quien sea.
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