Teresa Ortiz. /EPDA Permítanme encabezar este artículo con este curioso título, basado en una expresión atribuida inicialmente a Cervantes en su Quijote, pero que luego, como pasa con muchos más constructos de este tipo, resultó ser finalmente atribuida a Goethe en uno de sus poemas, concretamente uno llamado Labrador, cifrado en el año 1808. La expresión que da título a este artículo se suele utilizar para hacer señalamiento explícito de que alguien o algo, sigue avanzando fuertemente en su camino, a pesar de los problemas, impedimentos o críticas que puedan presentarse en pos de dicha meta. Esta actitud ante las circunstancias y ante el entorno, para los que militamos en política, especialmente para los que militamos históricamente en Ciudadanos es algo que nos es especialmente muy familiar.
En nuestros orígenes, en Cataluña, el entorno nacionalista supremacista intentó poner no solo impedimentos a nuestro nacimiento y crecimiento, sino que nos señaló como el gran enemigo a batir. Como pudo demostrarse años después, eso solo les sirvió para ver como nuestro partido era capaz, contra toda oposición, de ganar unas elecciones autonómicas. No fue hace tanto, el 21 de diciembre de 2017, y la gran artífice de dicho éxito fue nuestra actual presidenta, Inés Arrimadas, una mujer fuerte y valiente, que en los peores años del secesionismo dio un gran golpe de efecto en el tablero político catalán. En ese momento, era extensamente aplicable el título de este artículo.
Como también lo fue tras la 'Conjura del Goya' de octubre de 2013 en Madrid, con Albert Rivera y el Movimiento Ciudadano como protagonistas. Un movimiento de personas libres que pedían libertad e igualdad en todos los rincones del país y que aportaban las fortalezas y valores de la sociedad civil al marco de juego sociopolítico español, en un momento en el que además los daños colaterales del nacionalismo, no solo afectaban a los territorios donde este había calado hasta los últimos huesos de las instituciones, sino también, de un modo u otro, al resto de la nación.
Tras la Conjura del Goya, Ciutadans daba el paso progresivamente a Ciudadanos, con la vista puesta en las futuras elecciones municipales y autonómicas de 2015, donde el torbellino naranja entró con muchísima fuerza en las instituciones, con 13 Diputados Autonómicos en las Cortes Valencianas y 6 concejales en la ciudad de València. La apuesta nacional de Ciudadanos fue una realidad, a pesar de los esfuerzos de la extrema izquierda, del PSOE y del Partido Popular por intentar atacarnos en todos los frentes.
Una nueva realidad de centro, liberales en lo económico y progresistas en lo social aterrizaba con fuerza en mi tierra para quedarse y marcar un estilo de política consistente en que las personas de la sociedad civil que ponían lo mejor de sí mismos podían hacerlo mejor que los "políticos profesionales" provenientes de las viejas marcas de la vieja política. Éramos nuevos, pero no novatos en la vida profesional y esto se notó desde el principio con nuestra frescura y nuestra practicidad, en contraposición a los pactos por los sillones del PP, PSOE y Compromís. Claro está que esa disrupción movió los márgenes de comodidad de la vieja política, cuyos representantes reaccionaban agresivamente ante nuestra presencia en cada debate y en cada rincón de las instituciones donde nos encontrábamos. En aquel momento también era muy aplicable la expresión de ¡ladran, luego cabalgamos!
Llegamos a hoy, cerca del final del año 2022, con la vista puesta en primera instancia en las elecciones municipales y autonómicas en la Comunidad Valenciana de mayo de 2023 (si Ximo Puig no las adelanta), y en segunda instancia, pero no menos importante, en las elecciones a las Cortes Nacionales de España. Va a ser una época de retos y de personas valientes. Ciudadanos se encuentra ante un proceso de refundación y un Congreso interno en enero de 2023, donde debemos salir más fuertes desde el punto estructural y político. Nuestro camino es difícil y duro, pero transparente ante la ciudadanía, en contraposición al de otros partidos, que lo hacen todo a escondidas y dentro de sedes, como la del PP, que es un símbolo de la corrupción estatalizada, y luego lo resuelven "a la búlgara" en un fin de semana exprés. Ese no es nuestro modelo.
En este proceso de refundación y el posterior camino hasta las elecciones, empezamos a ver desde los entornos políticos y mediáticos cómo comienzan a aflorar textos de todo tipo sobre la necesidad a escala nacional, autonómica e incluso local, de que Ciudadanos se "acerque", "sume", "integre", "fusione" y muchas otras expresiones de interconexión íntima con otras fuerzas políticas, pero muy en especial con el Partido Popular. Una vez más ¡ladran, luego cabalgamos!
A todos ellos, desde Ciudadanos les decimos que vamos a concurrir a elecciones como fuerza política única, en solitario, sin mezclas, claramente identificables, y con todo el orgullo de pertenencia a nuestra formación intacto, incluso más fuerte que nunca. De hecho, ya son casi 60 personas, con perspectiva de crecimiento en número, nombradas alcaldables por Ciudadanos a lo largo de las ciudades y poblaciones de la Comunidad Valenciana, incluyendo la ciudad de València, con Fernando Giner a la cabeza. Él, junto con su equipo de concejales sigue trabajando incesantemente cada día de este mandato y para mayo de 2023 presentará de nuevo su proyecto municipal a todos los valencianos, que estamos seguros de que ustedes apoyaran, como siempre ha sido. Al igual sucederá con nuestra candidatura a las Cortes Valencianas y posteriormente con nuestros representantes provinciales al Congreso de los Diputados.
A todos ustedes les emplazamos a apoyarnos. Les aseguro que no les defraudaremos. Recuerden, ¡ladran, luego cabalgamos!
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