Las criptomonedas están cada vez más presentes en nuestras vidas. /EPDAA
finales de la década de los 2.000 comenzó a hablarse sobre las
criptomonedas,
una especie de dinero digital que tenía como objetivo democratizar
las finanzas, al tiempo que aceleraba su digitalización. Han pasado
más de 10 años desde entonces y las criptomonedas parecen ser más
populares que nunca.
Si
bien parece cierto que son muy pocos los que nunca han escuchado
sobre estos activos virtuales, también es cierto que son muchos los
que realmente no tienen ni idea de qué son o cómo funcionan. Para
esclarecer algunas de las dudas esenciales alrededor de este mercado,
procedemos a explicar lo básico sobre las criptomonedas:
¿Qué
son las criptomonedas?
Las
criptomonedas son “monedas” virtuales que utilizan la
criptografía para asegurar transacciones y eliminar intermediarios
del proceso. Para ello suelen basarse en tecnología Blockchain
(cadena de bloques), que permite la creación de registros
inalienables para lograr un comercio seguro entre pares.
Al
ser desarrolladas por personas no afiliadas a instituciones o
gobiernos, las mismas funcionan de forma descentralizada,
manteniéndose fuera del control de entidades centralizadas y
rigiéndose únicamente por los movimientos del mercado. Aunque estos
movimientos puedan ser manipulados, como ocurre en el caso de las
ballenas, el mercado no obedecería estrictamente a nadie.
¿Cómo
se minan y almacenan?
Si
bien en la actualidad existen muchas maneras de poseer criptomonedas,
en sus inicios solo existía la minería. Este es un proceso complejo
que puede traducirse de la siguiente manera: las personas ponen poder
de procesamiento computacional a disposición de la Blockchain con el
objetivo de registrar transacciones y crear bloques de información
dentro de la cadena.
Como
recompensa, la persona recibe fracciones de la criptomoneda que esté
minando. En el caso del Bitcoin sería BTC, mientras que en el del
Ethereum sería ETH.
En
la actualidad existen protocolos que eliminan la necesidad de minar
criptomonedas, disminuyendo significativamente la necesidad de
utilizar grandes cantidades de energía para llevar a cabo el proceso
de “generación” de monedas. Solana y Cardano serían ejemplos de
esto, mientras que se espera que Ethereum migre hacia estos
algoritmos en los años por venir.
Las
monedas se almacenan en billeteras digitales (conocidas como wallets)
que podemos utilizar para el holding (guardarlas con la intención de
venderlas a mediano o largo plazo), para su venta rápida a cambio de
dinero fiduciario, o para la compra y venta de productos.
¿Cómo
se invierte en el mercado?
A
medida que crecía el mercado, más personas comenzaron a invertir a
través de alternativas como el trading, la inversión con derivados
o mediante servicios de corretaje. Estas se popularizaron entre
quienes querían aprovechar la volatilidad del mercado sin tener que
invertir en equipos de minería.
Los
servicios de trading funcionan como puntos de encuentro entre
compradores y vendedores; los servicios de derivados, como Yuan
Pay Group
o bitcoincodefinland.com,
permiten invertir en contratos cuyo valor varía de acuerdo al precio
de activos subyacentes; por último, los servicios de corretaje
utilizan intermediarios para simplificar la compra y venta de
activos.
Ninguna
de las formas de invertir es objetivamente mejor que el resto, sino
que se eligen de acuerdo al perfil de riesgo de cada inversionista.
Mientras que algunas pueden ser más peligrosas a cambio de traer más
ventajas, otras brindan acompañamiento e incluso asesoría
financiera de acuerdo al proveedor de nuestra elección.
El
mercado de las criptomonedas es novedoso, intenso y confuso, sin
embargo, también es uno que va de camino a cambiar la manera en la
que concebimos el dinero en nuestra sociedad. La década que recién
comienza será esencial para entender cómo estos activos se
posicionan en nuestra rutina, y cómo transforman el dinero.
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