Naranjos y agricultor de Burriana, / Archivo Joan Chiva. Siguiendo mi labor investigadora que de modo altruista y ocasional
realizo sobre Burriana, me adentro en las Archivos bien guardados de la
Hemeroteca Municipal de Valencia para hallar alguna noticia relacionada
con la ciudad. No es una tarea sencilla encontrar vestigios históricos
de Burriana entre los abundantes archivos periodÃsticos y, por ello,
requiere de paciencia y constancia.
Hace algunos dÃas, mientras rebuscaba entre las rugosas hojas de
distintos periódicos del siglo XIX, pude localizar una crónica que me
sorprendió gratamente por su contenido, ya que tiene un valor histórico
muy importante para la divulgación de la historia de Burriana.
La crónica a la cuál hago referencia se publicó en el periódico Las
Provincias, datado en viernes 26 de octubre de 1883 (núm. 6820) y
titulado como <Un paseo por los huertos de la plana>. Dado que el
tÃtulo puede dar lugar a confusiones, como el lector podrá observar a
continuación, el objeto a tratar recorre por la ciudad de Burriana.
Es bien sabido, que Burriana fue la principal capital naranjera de
las comarcas de Castellón y uno de los grandes núcleos productores
valencianos. Desde mediados del siglo XIX, con la introducción de la
mandarina y las nuevas técnicas de explotación junto a las privilegiadas
condiciones que ofrecÃa el clima mediterráneo, la tierra y la salida al
mar, convirtieron a Burriana como la ciudad pionera en el cultivo de
naranjas. Todo ello logró tal esplendor que Burriana llegó a albergar
nada más ni nada menos que alrededor de 200 comercios de naranja. Hoy en
dÃa, todavÃa entre sus céntricas calles, se pueden apreciar multitud de
almacenes que en su dÃa fueron lugares dedicados al proceso de
manufacturación de la naranja y que hoy son usados como garajes de coche
o, en muchos casos, están abandonados.
Centrándonos en la noticia, en su introducción expone que la cosecha
del año 1883 habÃa sido pésima, en comparación con la del año 1881, la
cuál habÃa llegado al <máximum de producción>. Según lo expuesto
en la crónica, la causa de ello fue la introducción de una <extraña
enfermedad> que provocó fatÃdicas esperanzas en los agricultores de
Burriana en poder revertir la situación tan escabrosa que estaba
ocasionando estragos en los campesinos que tenÃan como medio de vida la
naranja.
Para poder entender la tan nefasta gestión de dicho año expongo una
parte del escrito para que podamos retrotraeros en el tiempo y
comprender la situación cito literalmente: <Visitad, os dicen,
aquellas estensas zonas de frondosos naranjos en otro tiempo, y solo
encontraréis los restos de su primitiva grandeza: troncos voluminosos
coronados por raquÃticas y enfermizas ramas, que apenas pueden sostener
un fruto escaso y pequeño: naranjos derribados por la mano del leñador
porque una prematura vejez precipitó su muerte, o ya vegetaciones
amarillentas escasas de vida y robustés, muy cargadas de raquÃticos
frutos, nuncios seguros de su próximo acabamiento. He aquÃ, os añaden,
en que han venido á parar aquellas hermosas comarcas donde florecieron
los primeros celebrados naranjales de la Plana, cuna y origen de los que
más tarde poblaron la comarca regada por el Mijares. Pareciónos
exagerado este juicio y quisimos apreciar por nuestros propios ojos lo
que con tan vivos colores nos pintan algunos impresionados
hortelanos>.
Como ejemplo de que los hombres de Burriana fueron los precursores
del cultivo a gran escala, el texto indica lo siguiente: < Burriana
se señaló en primer término para el cultivo en grande escala, siguiendo
en el orden de prelación, Villarreal, Almazora y Nules>.
Otro dato curioso y valioso que nos brinda la prensa del año 1883 es
el tipo de cultivo que predominaba en Burriana, antes de que se
produjera la introducción de la naranja: < Burriana, de estensa
huerta y abundantes aguas, los viñedos, olivares y moreras eran las
plantas predilectas a último del pasado y principios del presente
siglo>. Pero, debido las consecuencias de la desvalorización del
vino y el aceite, y las pérdidas producidas con la cosecha de la seda
provocó un cambio de rumbo del cultivo. Y por ello, se introdujo la
naranja. Imaginemos por un segundo que todos los extensos campos de
naranja que hoy en dÃa jalonan nuestro casco urbano estuviesen plagados
de campos de olivares, viñedos o simplemente extensos prados destinados
al pasto de ganados lanares y vacunos.
Buscando una explicación a la pésima cosecha de ese año, el autor del
escrito expone la visión de la mayorÃa de las voces expertas del campo.
Que dicen lo siguiente: <El ingeniero, la poda, los abundantes
abonos y el esmerado cultivo, han obligado á los naranjos á producir
antes de tiempo abundantes frutos, han vivido mucho en pocos años, han
recorrido rápidamente los ciclos de su vegetación, y nada tiene de
extraño que á los 30 años de vida el naranjo cultivado con tanto esmero
principie á envejecer, y á los 40 sea decrépito. No hay que atribuir á
enfermedad la amarillez y debilidad de estas plantaciones; su estado
actual obedece precisamente á las consecuencia natural de la marcha que
siguen todos los seres vivientes, de nacer, crecer, reproducirse y
morir>. De ello, podemos deducir que el mal causante de la cosecha tenÃa su origen en la vejez de las plantaciones.
Para finalizar, el autor, con el fin de confirmar todas las voces y
comentarios que le llegaban sobre la nefasta temporada de la naranja
decidió acudir a Burriana y poder confirmarlo de primera mano.
Como he mencionado anteriormente, se deja plasmado en sucesivas
ocasiones que Burriana era la población con mayor extensión de cultivo
de naranja. Por ende, fue la población más afectada por la vejez de sus
naranjos y muestra de ello, sigue el escrito diciendo: <Es
precisamente la porción de la Plana donde se dio primero en grande
escala el cultivo del naranjo, en la década del 40 al 50, y es también
donde en mas vasta proporción que en las demás poblaciones se ven
extensos naranjales carcomidos y debilitados por la vejez, y
completamente inservibles para la producción>.
Añadir, que no solamente estaba siendo mermada la cosecha de
Burriana. Sino que también, poblaciones como Almazora y Villarreal
estaban sufriendo tales calamidades. Como dato curioso, respecto a Nules
y a Castellón se decÃa: <No busquemos en Castellón y Nules
plantaciones raquÃticas; no las encontraremos, porque todas ellas son
jóvenes y ostentan los mayores caracteres de robustez y de vida>.
Por todo esto concluyo pensando que estaban siendo afectadas las
cosechas que fueron plantadas al principio de introducir la naranja en
tierras castellonenses y, en especial la ciudad de Burriana. Mientras
que las cosechas más recientes no habÃan sido afectadas.
Pienso que este viaje al pasado y a los orÃgenes de la idiosincrasia
de la Burriana moderna nos hacen recordar el ayer para aumentar el
conocimiento de nuestras raÃces como productores y exportadores de la
naranja.
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