Este sitio web utiliza cookies, además de servir para obtener datos estadísticos de la navegación de sus
usuarios y mejorar su experiencia de como usuario. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su
uso.
Puedes cambiar la configuración u obtener más información en nuestra política de cookies pulsando aquí.
En 2018 el Salario Mínimo Interprofesional era de 735 euros. Los
gobiernos de Aznar, de Rodríguez Zapatero y de Rajoy nunca le dieron
mucha importancia a este nivel salarial mínimo, total, quienes lo cobran
son los que menos tiempo tienen para quejarse porque bastante tienen
con seguir a flote. Hablamos de trabajadores tan precarios que aun
trabajando se ven obligados a ir a la caridad... Intolerable en una
sociedad que pretende ser justa y libre.
Desde
Podemos uno de nuestros objetivos siempre ha sido mejorar las
condiciones materiales de vida de todas y todos y especialmente de
aquellas personas que se encuentran en dificultades socioeconómicas. La
pobreza es algo que no se puede tolerar en ningún lugar del mundo. Este
objetivo, que como demostramos no son palabras sino que lo transformamos
en hechos, seguirá vigente mientras hayan personas atravesando estas
dificultades. Para mejorar las condiciones de vida de la gente, una de
las principales y más adecuadas medidas es subir los salarios, así de
simple y así de eficaz.
Sabemos que hay quien nunca
ve el momento, que siempre dice que vendrá el lobo. También sabemos que
siempre hay a quien le sabe a poco, quien dice que son migajas o
proyectos personales... pero lo que es meridianamente cierto, lo que
escapa de toda opinión porque es real, es que muchas personas se ven
beneficiadas por la subida del salario mínimo. En la Comunidad
Valenciana está subida beneficiará a entre 230.000 y 300.000
trabajadores. Miles de proyectos personales que van a tener un salario
265 euros más alto que en 2018. Esto no es solo algo nuestro, ni mucho
menos, y somos muy conscientes de ello. Esto son años de lucha de muchos
sindicatos (los mayoritarios, los libertarios, los sectoriales, los de
empresa...), años de lucha y empuje de mucha gente anónima que se han
traducido en la posibilidad de que estos tres últimos años hayamos
estado empujando para subir el salario y cambiar la senda hacia la
mejora de las condiciones laborales.
Que la gente
cobre mejor, que los salarios sean más dignos, tienen una traducción
local: hacen mejor a nuestra ciudad. Cuando cada ciudadana y cada
ciudadano pueden vivir con mayor tranquilidad y estabilidad esa
tranquilidad y esa estabilidad se proyecta en la ciudad de muchas
formas. Más cultura, más justicia, menos inseguridad, más servicios
públicos, mejores cuidados, mejores relaciones sociales... Subir el
salario no es sólo cuestión de números, ni es solo una cuestión material
de cada persona, es algo social, es algo que se relaciona con el todo y
lo mejora (la ciudad, la sociedad, el país). Subir el salario mínimo
mejora la vida de quienes lo cobran y mejora la vida del resto. Saber
que tus vecinas y vecinos tienen condiciones salariales que le van a
permitir vivir mejor nos dignifica como sociedad y además empuja los
salarios del resto de la sociedad hacia arriba.
Es
difícil para mucha de la gente que hace política decir que siente
orgullo de partido. Yo puedo decirlo tranquila incluso con nuestras
propias contradicciones por cosas como esta: de 735 a 1000 euros todos
los meses, más otros 1000 por cada paga extra. Parafraseando el eslogan
de nuestro octavo aniversario: 1000 euros, y vamos a por más.