Entrada a Casa Caridad. EPDA Cuatro
de cada diez personas alojadas en los albergues de Casa Caridad son
mujeres, una cifra que ha ido aumentado progresivamente en los
últimos años, pasando del 32% en 2015 al 40%, según los datos del
Departamento de Trabajo Social de la institución. Una situación que
preocupa porque “la población femenina siempre ha sido más
resistente a acabar en la calle, intentan agotar todos los mecanismos
y vínculos sociales hasta que pierden su red de apoyo. Cuando llegan
a nuestras instalaciones, se encuentran más vulnerables y
expuestas”, explica Luis Miralles, presidente de la Asociación
Valenciana de Caridad.
Muchas de
estas mujeres que ahora están en Casa Caridad antes se encontraban
en el grupo de gente que residía en viviendas inseguras o
inadecuadas. “La precarización del mercado laboral, las
responsabilidades familiares, la dificultad de acceder a una vivienda
y la mayor vulnerabilidad hacen que mujeres que ahora están en
nuestros albergues necesiten una atención especial que los
trabajadores sociales de Casa Caridad realizan con un itinerario
individualizado para dar respuesta a sus necesidades”, indica Luis
Miralles.
Además,
hay un porcentaje que llega acompañada de sus hijos, y que se
encuentran en el módulo de familias en el Multicentro de Benicalap.
En esta línea, Casa Caridad está trabajando para poner más
recursos a disposición de mujeres y familias, como el edificio Fénix
Sanchis Bergón que se ha presentado recientemente para crear 8
viviendas sociales destinadas preferentemente a estos perfiles. “Este
tipo de recursos ofrece mayor intimidad y seguridad a este colectivo.
Desde los albergues, a través de talleres y los Centros de Día, se
trabaja con estas personas para recuperar hábitos de convivencia y
autonomía con el propósito que den el último paso a este tipo de
viviendas supervisadas”, subraya el presidente de la Asociación.
Crecen
los usuarios valencianos
Respecto a
la procedencia de los usuarios, el 49% son población española,
cifras muy similares a las del año anterior. Es este perfil, destaca
el aumento del 7,3% de personas procedentes de la provincia de
Valencia, que representan el 27% del total de las personas alojadas
en los albergues. “Es consecuencia de que cada vez se trabaja más
con personas que tienen raíces y algún tipo de vínculo social
cercano, y que debido a la coyuntura del empleo y mercado
inmobiliario, se encuentran en una situación que los ingresos que
puedan percibir son insuficientes para llevar una vida digna”,
indica Cristina Sánchez, coordinadora de Trabajo Social de Casa
Caridad.
Por lo que
se refiere a personas extranjeras, señalar que en el albergue de
Pechina conviven más de 50 nacionalidades. Destaca la evolución en
los últimos años de usuarios que proceden de Latinoamérica.
Actualmente, 1 de cada 3 extranjeros proceden de estos países frente
a 1 de cada 4 del año anterior. “Estas personas llegan solicitando
protección internacional, gran parte de ellos utilizan nuestros
servicios hasta que encuentran una red de apoyo que les permita
encontrar otra solución habitacional”, apunta Cristina Sánchez.
En el último año, hay que resaltar el aumento de personas que
llegan de Colombia, Venezuela, Brasil o Cuba, un perfil que crece
coincidiendo con problemas sociales en sus países de orígenes, y
las políticas de externalización y blindaje de fronteras que han
provocado un cambio en los movimientos migratorios.
Cronicidad
y soledad
Tanto el
albergue de Pechina, como los módulos de convalecientes y familias
de Benicalap, presentan una ocupación próxima al 100%. Además, la
Asociación dispone del albergue de baja exigencia Bona Nit que ha
registrado una media de ocupación en estos meses del 50%, y que está
prevista que aumente al máximo en estos meses de más frío. “El
objetivo de los albergues es cubrir una de las necesidades básicas
de estos usuarios al tiempo que se realiza una intervención social
individualizada a través de nuestros trabajadores y educadores
sociales con el fin de lograr la autonomía personal como primer paso
hacia la integración social”, explica Guadalupe Ferrer, gerente de
Casa Caridad.
En este
sentido, hay que destacar la tendencia detectada en los últimos años
del aumento de la población que se encuentra en situación de
“pobreza crónica”. En este perfil se encuentras hombres y
mujeres de entre 41 y 65 años cuyo estado de salud se ha visto
deteriorada por su estado de vulnerabilidad y que tienen
especialmente complicada la inserción laboral. Este grupo de edad
representa el 60% de los usuarios del albergue -frente al 50% del año
anterior-, la mayoría de ellos se encuentran sin redes de apoyo, y
en algunos casos tienen problemas de salud. Son personas que no
perciben ninguna prestación o si la reciben no es suficiente para
cubrir sus necesidades más básicas. “Soledad, aislamiento,
desinformación o baja autoestima son algunas de las características
que presentan estas personas”, señala Cristina Sánchez. Con estos
usuarios se trabaja en actividades para la adquisición de
habilidades sociales, estimulación cognitiva, mejora de la
autoestima u orientación laboral, entre otros.
Un
recurso pionero
Los datos
del Departamento de Trabajo Social también recogen un problema que
sigue estando presente en las personas sin hogar: el deterioro de la
salud tanto mental como física. En el Módulo de Convalecientes de
Benicalap se trabaja con personas derivadas de centros hospitalarios
que han recibido el alta médica y carecen de un lugar donde
permanecer hasta recuperarse. Cada vez llegan personas más jóvenes,
a partir de los 35 años, y de diferentes nacionalidades,
principalmente de países del Este de Europa. Aunque el perfil más
común es de españoles mayores de 55 años que han sufrido
fracturas, ictus o cáncer, o que están recuperándose de alguna
adicción.
“Si no
fuera por este recurso, no encontrarían ningún servicio adaptado a
sus necesidades. A través de nuestra intervención buscamos
soluciones para que recuperen autonomía y les buscamos alternativas
habitacionales para que no vuelvan a la calle”, indica la
responsable de Trabajo Social de Benicalap. Así, se ha encontrado
una solución al 50% de los usuarios atendidos en este año, unas
alternativas que incluyen la entrada en viviendas de alquiler, pisos
tutelados o residencias, entre otros.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia