Limpiar una nave, un taller o cualquier instalación industrial va mucho más allá de barrer el suelo y pasar una mopa. No solo por la cantidad de residuos que pueden generarse, sino por los riesgos que implica hacerlo mal: contaminación cruzada, accidentes laborales, averías o incluso sanciones si no se cumplen los protocolos. Aquí tienes cinco errores bastante habituales y lo más importante y cómo puedes evitarlos desde ya.
1. Usar productos no adecuados para el tipo de superficie
Parece básico, pero se sigue haciendo. Utilizar el mismo limpiador para todo —maquinaria, suelos, zonas de paso, incluso oficinas— no es solo ineficaz, también peligroso. Algunas superficies se dañan con productos ácidos o alcalinos. Otras requieren desinfectantes específicos por motivos de seguridad o normativas del sector (alimentario, químico, sanitario...).
¿Qué puedes hacer? Clasifica las zonas según su uso y materiales. Revisa fichas técnicas y etiquetas. Y si hay dudas, consulta con el proveedor o con un técnico de prevención. Acertar con el producto alarga la vida útil de las instalaciones y evita sorpresas desagradables.
2. No seguir un orden lógico en la limpieza
Empezar por el suelo cuando luego vas a limpiar estanterías. Limpiar una zona y volver a pisarla sucia. O cambiar de zona sin desinfectar antes los útiles. Todas estas situaciones son más comunes de lo que parece y solo generan trabajo doble... o triple
Planifica cada fase. Empieza de arriba abajo y de dentro hacia fuera. Divide por zonas y define turnos. Cuanto más claro esté el proceso, menos errores habrá y más fácil será mantener un entorno seguro y limpio.
3. Descuidar el mantenimiento de la maquinaria de limpieza
Fregadoras sin revisar, aspiradores con filtros colapsados, mopas sucias... Si las herramientas no están en buen estado, el resultado nunca será bueno. Además, pueden dejar residuos o incluso esparcirlos. Establece revisiones semanales y un control de uso. No cuesta nada comprobar niveles, limpiar cepillos o cambiar piezas desgastadas. Si externalizas el servicio, asegúrate de que la empresa lo tenga todo en regla y usa los mejores productos y utensilios de limpieza.
4. No formar al personal que limpia
Da igual si el equipo está formado por operarios propios o por una empresa externa. Si no saben qué hacer, cómo y con qué producto, los errores están garantizados. A veces el fallo no es de actitud, sino de falta de información o de instrucciones poco claras.
Organiza formaciones cortas y prácticas. Aclara protocolos, dosificaciones y tiempos. Explica los riesgos y las consecuencias de un mal uso. Invertir una hora hoy puede evitar accidentes, averías o quejas mañana.
5. Pasar por alto zonas clave o de difícil acceso
Conductos, techos, luminarias, esquinas o juntas de suelo. Todo lo que no se ve tiende a olvidarse... hasta que hay una inspección, una plaga o una avería provocada por suciedad acumulada. Y entonces ya es tarde. Usa los productos y utensilios de limpieza más adecuados para cada zona y superficie.
¿Buscas cómo prevenirlo? Haz una lista con puntos críticos. Marca una frecuencia mínima de limpieza para cada uno. Apóyate en personal cualificado y no escatimes en tiempo cuando te toque llegar hasta esos rincones.
Limpiar bien un espacio industrial es una tarea que hay que hacer de manera planificada y no improvisada. Evitar estos errores no solo mejora el aspecto del entorno, también protege al personal, la maquinaria y el cumplimiento de la normativa. Y al final, eso se nota en la productividad, en los costes de mantenimiento y en la seguridad de todos.
Contar con proveedores o distribuidores de productos de limpieza profesional como Distribuciones Batoy en limpieza industrial no es un lujo, es una garantía. Un equipo formado por personas con experiencia y que te asesorará de manera personalizada sobre los mejores productos de limpieza que necesitas.
Comparte la noticia