Ana Gómez Sentimientos tan nobles como la ayuda mutua, el respeto y la convivencia en familia afloran en Navidad. Como si sólo fuera cosa de esta época del año, apelamos a buenas acciones, tenemos una mirada más generosa hacia los demás. Y es que, a pesar de todo, es Navidad.
La contradicción habita estos días entre nosotros. Compras, excesos, comilonas se entremezclan con la solidaridad y el deseo de paz. Y cada año tropezamos sobre la misma piedra. Y volvemos a echar de menos a seres queridos que ya no están con nosotros, nos ponemos tristes y melancólicos, y sin embargo, disfrutamos con la ilusión de niños y niñas y buscamos estar cerca de la familia.
Todas estas circunstancias se agravan para quienes retornan a Valencia estos días por vacaciones, y provienen de lugares insólitos, donde llevan a cabo proyectos de Cooperación Internacional. Después de ver la pobreza severa en regiones azotadas por el hambre, los desastres y la guerra, hay numerosos cooperantes que llegan a casa por Navidad.
Así es. Muchas personas trabajan en proyectos de Ayuda Humanitaria o Desarrollo durante todo el año o unos meses, intentando restablecer situaciones de emergencia, o procurando una vida mejor para comunidades altamente empobrecidas. Sacrifican incluso esta época del año para pasarla junto a quienes tienen menos oportunidades.
Y muchos de ellos regresan a casa por Navidad. Si nos encontramos ante una época, que ya de por sí, está llena de contradicciones, imagínense el contraste para quien viene del terremoto de Haití, el tifón de Filipinas, el conflicto de Siria, la crisis alimentaria de África Occidental o el brote de ébola en Sierra Leona.
Llegar de estas situaciones y aterrizar en la opulencia de los adornos, luces y el ambiente que brinda Valencia requiere de grandes dosis de inteligencia emocional. Después de asumirlo, queda reafirmar que esa ayuda sirve, es necesaria y abre un camino de luz y esperanza para la humanidad.
He visto a muchos compañeros y compañeras de Cruz Roja vivir esta transición de forma admirable. Su entrega y compromiso me recuerdan que sí que tiene sentido, a pesar de todo, la Navidad.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia