Empar Marco.
Alfred Costa. Quienes no piensan, o son sectarios, o paniaguados, o tienen miedo, podrían ahorrarse los insultos. Me resbalan. Me preocupa el silencio cómplice de tantas personas, profesionales, instituciones, asociaciones y periodistas, porque no piensan, porque son sectarios, paniaguados o porque tienen miedo, que está en el origen del fracaso de À Punt, como fue también la puntilla de la muerta de Canal 9. El silencio cómplice es el cáncer de una sociedad.
De Canal 9 se ha escrito y hablado mucho, incluso quienes se rasgaron las vestiduras cuando la cerraron, pero vivían en ese cómodo silencio cómplice cuando les ingresaban las nóminas a final de mes, pese a las manipulaciones, los acosos y el deterioro moral y de audiencia. Porque al final, el silencio cómplice se traduce en eso: en una nómina, en un trabajo, en un contrato, en un proyecto. Y es comprensible. Es humano.
En À Punt hay tantos cómplices como personas, instituciones, asociaciones, profesionales y periodistas guardan silencio ante una puesta en marcha trucada, con dos concursos públicos que han elegido, primero a una directora general con el tercer peor Curriculum Vitae,
Empar Marco, impuesta por Mónica Oltra (Compromís), mera corresponsal de TV3 y ahora,
Alfred Costa, quien fue concejal del PSOE en Torrent, para volver a À Punt gracias a que los ex trabajadores de Canal 9 sumaban más puntos que cualquier profesional.
Hablar de ambos procesos ocupará un libro, por lo que no es momento de extenderme. Sólo dos cuestiones. Por qué en el primero la aspirante con el tercer peor Curriculum pudo ser directora general. Dos. Por qué en el segundo proceso, sólo han pasado la primera criba dos candidatos de 10.
El PP cerró Canal 9 y el Botànic -PSPV-PSOE, Compromís y Podemos- abrieron À Punt disfrazando de concurso público dos paripés. Hay que explicarlo bien, porque la historia nefasta de Canal 9 va camino de repetirse con À Punt. Quienes vendían otra manera de hacer política diferente del PP, la reapertura de la televisión y la radio públicas con un proceso transparente y profesional, a diferencia de los dedazos de las etapas anteriores, han terminado por hacer lo mismo. Por mucho que lo disfracen de Consell Rector independiente.
Lo mejor será contarlo para que, al menos, quede para los estudiantes de Ciencias de la Información, los mismos que tendrán prácticamente imposible trabajar en 20 años en la radiotelevisión pública de todos los valencianos, copada por ex trabajadores de Canal 9.
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