Vicente Herrero
Hoy es el día en el que se celebra la grandiosidad de ese
ser capaz de todo. La persona que siempre está ahí, dispuesta a todo por sus
hijos. La que aguanta lo inaguantable y lucha sacando fuerzas de donde no las
hay.
Aunque se célebre hoy, no tiene un día concreto porque todos
y cada uno de los días del año, merecen una felicitación.
Gracias por estar ahí, por comprendernos, por apoyarnos, por
protegernos, por cuidarnos. Gracias por
anteponernos ante vosotras mismas.
Las madres de verdad lo dan absolutamente todo por sus
hijos. Hasta su propia vida. Si crees que no has estado a la altura, ahora es
el momento de cambiar y demostrar que eres una gran madre. Al igual que si
crees que no has sido un buen hijo o una buena hija, ahora es el momento de ponerle
solución a ello.
Vida solo hay una y no podemos dejar pasar la oportunidad de
disfrutar cada momento. No sabemos cuando van a dejar de estar con nosotros. Para
entonces ya será tarde y no servirá de nada arrepentirse.
A una madre hay que decirle que la quieres, pero también hay
que demostrárselo. Hay que cuidarla, darle cariño, protegerla, abrazarla,
besarla, valorarla y respetarla.
Madre no sólo es la que da vida. También es la que te cría y
está para ti cuando lo necesitas. En tus peores momentos. La que se preocupa y
te apoya. La que cada cumpleaños y cada Navidad, hace que sea especial. La que en
tu infancia, hizo cada momento mágico y especial. La que cuando enfermas, no
duerme y se desvive.
A ti madre. Por
ser como eres. Por hacer lo que haces. Por quererme de la forma en la que lo
haces. Por estar. Por aguantar. Por esa infancia que me brindaste. Por todos
los momentos a tu lado. Por saber perdonar. Por apoyarme cuando más lo
necesito. Por desvivirte. Por cuidarme y protegerme.
En nombre de todos
los hijos e hijas del planeta:
¡GRACIAS!
Vicente Herrero
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