Más de
70 activistas de Greenpeace están realizando pruebas de resistencia pacíficas
desde ayer en las centrales nucleares suecas. Los activistas han demostrado a
los reponsables de la seguridad nuclear que es necesario cerrar de inmediato
estos reactores.
Desde
las 7:30 de la mañana del martes unos 50 activistas utilizaron escaleras para
acceder a la planta de energía nuclear Forsmark y verificar el nivel de
seguridad de la instalación. Al mismo tiempo, otros 20 activistas, con el mismo
propósito, entraron con sus bicicletas en la central nuclear de Ringhals. Tras
la detención de los activistas por parte de la policía ayer por la tarde, hoy a
las ocho de la mañana, Isadora Wronski, responsable de la campaña de Energía de
Greenpeace Internacional, ha informado a través de Twitter de que todavía se
encontraban en el techo de la instalación de Ringhals. Comenzó la búsqueda
intensa de los activistas, y una hora después les han encontrado.
"Greenpeace
está demostrando lo que la Comisión Europea insinúa, que las centrales
nucleares europeas no superan con éxito las pruebas de resistencia", ha
declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace.
"La
organización ecologista recuerda que esta acción se está realizando de manera
pacífica y responsable, y está demostrando que la energía nuclear expone a las
personas a riesgos inaceptables", dice Annika Jacobson, directora de
campañas de Geenpeace en Suecia.
Tras la
catástrofe nuclear de Fukushima se anunció la realización de estas pruebas de
resistencia que se presentarán al Consejo Europeo el próximo 18 y 19 de
octubre. La Comisión Europea presentó el pasado 4 de octubre su evaluación
sobre las mismas, y concluyó que había encontrado deficiencias, aunque no ha
considerado algunos aspectos fundamentales como los fallos múltiples que
ocurrieron en Fukushima o los referentes a la preparación de seguridad para las
amenazas externas o desde el aire. Tampoco se consideraron el envejecimiento de
las centrales atómicas y, por lo tanto, estas pruebas no detectaron los fallos
revelados en las centrales nucleares belgas Doel-3 y Tihange 2 cuyas vasijas
del reactor fueron fabricadas por la misma compañía que fabricó las de Garoña y
Cofrentes, cuya documentación está examinando actualmente el CSN.
La
ministra de Medio Ambiente de Suecia, Lena Ek, mantendrá conversaciones hoy con
las dos compañías propietarias, Vattenfall y E.ON para conversar sobre la
seguridad en las centrales.
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