Proyección en la central nuclear de Cofrentes. FOTO EPDA
Activistas de Greenpeace han proyectado imágenes y mensajes
antinucleares en todas las centrales nucleares españolas, entre ellas la valenciana Cofrentes, en operación para
reclamar el fin de la era nuclear. En el día en que se cumple un mes del el
accidente nuclear, iniciado tras el terremoto y el tsunami de ese mismo día,
"No más Fukushima", "Peligro nuclear" o "Danger"
han sido los mensajes proyectados por Greenpeace en todas las centrales
nucleares para reclamar el abandono de la energía nuclear y el cumplimiento del
compromiso que, al respecto, tiene el PSOE.
Con esta acción pacífica, Greenpeace llama la atención sobre
el funcionamiento peligroso de las centrales nucleares españolas. El parque
nuclear español está al final de su vida útil (su vida media es ya de 29 años)
y sufre graves problemas de seguridad, especialmente la central nuclear de
Garoña que tiene importantes problemas de corrosión en diversos componentes de
la vasija del reactor (el "corazón" de la central, que encierra el
combustible de uranio). Además, la
Cultura de Seguridad de la mayoría de los titulares de estas centrales es muy
deficiente, lo que ha provocado situaciones de riesgo muy graves (Garoña,
Cofrentes, Vandellós-2?), e incluso escapes radiactivos al exterior (Ascó-1).
Todas ellas son muy vulnerables frente a posibles ataques terroristas, como
Greenpeace demostró, mediante acciones pacíficas, el año 2002 en Zorita, en
2007 en Almaraz y en 2011 en Cofrentes.
Ninguna central nuclear española resistiría el impacto de un
avión de pasajeros, como ha reconocido ya hasta el FORATOM (lobby nuclear
europeo), ni el de un misil. Además, tras el accidente nuclear en Japón, ha
quedado en evidencia la incapacidad de centrales nucleares como Garoña y
Cofrentes, del mismo tipo que las de Fukushima, de garantizar la refrigeración del núcleo de uranio
en caso de pérdida de suministro eléctrico.
Por ello, Greenpeace pide que se incluyan toda una serie de
pruebas en los llamados "stress test" que se van a realizar a las
centrales nucleares. Precisamente, está previsto que mañana se debata en el Congreso
de los Diputados una Proposición No de Ley del PSOE sobre esta pruebas y sobre
el cierre de Garoña.
Greenpeace considera que, además de probar la resistencia de
las centrales nucleares ante terremotos e inundaciones extremas (por causas
naturales o por rotura de presas aguas arriba de la central), las centrales
deben demostrar que son capaces de superar posibles ataques terroristas,
sabotajes y ciberataques, así como el impacto de aeronaves o misiles (por
accidente o ataque terrorista). Asimismo, es necesario probar la integridad y
resistencia del conjunto del sistema primario de los reactores, la resistencia
de sus sistemas de contención primaria y secundaria y la capacidad de respuesta
de los sistemas de refrigeración de emergencia ante situaciones como las
vividas en Fukushima.
Últimos datos de Greenpeace en Japón
Después de que dos equipos de expertos en protección
radiológica de Greenpeace hayan llevado a cabo exámenes más amplios en el área
fuera de la zona de exclusión que rodea a la central nuclear siniestrada de
Fukushima, Greenpeace demanda al Gobierno japonés que la región de Fukushima
reciba el estatus de protección oficial y que se proceda a la evacuación de las
mujeres embarazadas y los niños de las zonas de alto riesgo de la ciudad de
Fukushima y Koriyama.
La organización ecologista internacional también ha pedido
al Gobierno japonés que evacue completamente varios puntos muy contaminados por
la radiación, incluyendo las ciudades de Iitate y Namie, después de que el
análisis de los datos obtenidos por los equipos de Greeenpeace revelara
contaminación generalizada por cesio.
"La población en el área metropolitana de Fukushima
podría recibir potencialmente una dosis de radiación de más de 5 milisieverts
por año, que fue el límite para la evacuación de Chernóbil, después del
desastre en 1986", ha dicho la Dra. Rianne Teule, experta de Greenpeace en
protección radiológica.
Los equipos de expertos en protección radiológica han
registrado niveles de radiación de 4 microsieverts por hora en un parque
infantil de la cuidad de Fukushima, y de 2,8 microsieverts por hora en un
santuario de Koriyama. Estos niveles son suficientemente altos como para
exponer a la población a la cantidad máxima de radiación anual en cuestión de
semanas. El análisis de la tierra realizado por la Universidad de Kyoto indica
que más del 80% de la radiación en estos puntos afectados son isótopos de cesio,
que persistirá en el medio ambiente por varios años.
Los equipos también encontraron niveles de radiación por
encima de los niveles oficiales en hortalizas cultivadas en huertas cerca de la
ciudad de Fukushima, Koriyama y Minamisoma, así como de un supermercado de la
ciudad de Fukushima. Al menos una de las hortalizas analizadas tomadas de la
región podría ser catalogada como residuo nuclear.
"Con más de un millón de personas viviendo en la ciudad
de Fukushima y en el área de Koriyama es inaceptable que las autoridades
continúen ignorando la gravedad de la situación", ha concluido el Director
Ejecutivo de Greenpeace Japón, Junichi Sato. "El Gobierno no solo tiene
que procurar a la población consejos claros sobre cómo protegerse de la
radiación sino que tienen que empezar a pasar a la acción declarando el estatus
de protección oficial".
Greenpeace considera que el grave accidente nuclear de
Fukushima, que sigue sin control un mes después de su inicio y que ha provocado
ya una importante contaminación radiactiva, debe obligar al Gobierno central a
cumplir su compromiso de poner en marcha un calendario de cierre progresivo
pero urgente de todas las centrales nucleares españolas.
Datos recogidos durante el trabajo de campo:
http://www.greenpeace.org/fukushima-data
Carta de Greenpeace al primer ministro Kan:
http://www.greenpeace.org/japan/Global/japan/pdf/LetterToPM_ENG.pdf
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