El doctor Moreno atiende a una paciente en su consulta./ EPDALa obesidad es una enfermedad metabólica producida por una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Este acúmulo de grasa corporal se asocia al desarrollo de resistencia de la insulina, diabetes, hipertensión, dislipemia, enfermedad cardiovascular y de algunos tumores, lo que conlleva una reducción significativa de la calidad y de la esperanza de vida. Según datos de la OMS, en 2016 en todo el mundo, el 39% de las personas adultas de 18 años o más tenían sobrepeso y el 13% eran obesas. En España estudios recientes muestran una prevalencia de exceso de peso en la población adulta del 54.5%, un 37% de sobrepeso y la obesidad un 17.5%.
El balón intragástrico es un tratamiento muy eficaz que permite al paciente perder entre 5 y 20 kilos sin necesidad de cirugía ni ingreso hospitalario.
Un pequeño balón de silicona con grandes resultados
Se trata de un pequeño balón de silicona que se implanta en el estómago a través de la boca mediante una simple endoscopia con sedación. El paciente no nota ninguna molestia. Inicialmente, se examina el estómago con el endoscopio para asegurarse de que no tenga ninguna enfermedad. A continuación, se introduce el balón deshinchado y, bajo visión directa, se va hinchando progresivamente con metileno entre 400 y 700 cm³, según el tamaño del estómago. Aunque las fugas o roturas sean excepcionales, el azul de metileno permite controlar estas posibles incidencias, que se manifestarían apareciendo el colorante en la orina.
El balón intragástrico es un tratamiento mínimamente invasivo indicado para cualquier paciente que presente obesidad tipo 1 y no tenga ninguna contraindicación específica.
Una vez que se implanta el balón, siempre hay un periodo de adaptación donde “se pueden presentar efectos secundarios, como intolerancias, dolor y náuseas, sin mayor problema, ya que es lo habitual hasta que el cuerpo se adapte al balón. Una vez que el cuerpo está adaptado, el tratamiento comienza a hacer su efecto” asegura el especialista.
Duración y retirada
La duración del tratamiento dependerá del tipo de balón que se implante, que puede ser entre seis y doce meses de duración. En este sentido, el Dr. Moreno indica que “pasado el tiempo de entre seis o doce meses, se retira el balón mediante la endoscopia con sedación. El proceso es muy sencillo, no dura más de quince minutos y consiste en retirar el líquido del balón, que se extrae por la boca mediante un sencillo procedimiento.
Cambio de estilo de vida y hábitos saludables
El Dr. Moreno explica que “el paciente debería de continuar con cambios en la dieta y el estilo de vida que ha ido adaptando durante esos meses”.
Además, hace hincapié en la importancia de que el paciente esté dispuesto a participar en un programa de cambio de mentalidad para trabajar en los cambios de hábitos dietéticos y, así, asegurar el mantenimiento en la pérdida de peso cuando se retira el balón a los seis meses.
En este sentido, el Hospital Vithas Castellón ha creado un equipo multidisciplinar formado por especialistas de los equipos de digestivo, nutricionista y endocrinólogo, con el objetivo de trabajar conjuntamente en el tratamiento. Con una evaluación inicial del paciente, “si se tiene la indicación médica, se implanta el balón y se hace un seguimiento durante el tiempo del tratamiento, y el nutricionista será el profesional indicado para realizar un seguimiento nutricional como la dieta y cambios en la misma. De esto dependerá, que finalmente, sea un éxito o no, ya que los milagros no existen” añade el doctor.
Asimismo, el Dr. Moreno considera que “el balón intragástrico produce un doble efecto en el paciente. Un efecto sería que el paciente se sacie con una cantidad pequeña de alimentos, y el otro, es que esta sensación de saciedad se prolonga en el tiempo, disminuyendo el ansia por comer o picotear con frecuencia”.
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