Ana María Quesada. / EPDA Ayer asistía invitada a la entrega de premios por parte de la Fundación del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante (COIAL). Además de tener ocasión de intercambiar opiniones y charla con distintas personas relevantes en su ámbito, tuve la oportunidad de escuchar hablar de proyectos fundamentales para nuestro futuro y, sobre todo, para nuestro presente.
A veces, hablamos de Agricultura y queda muy en abstracto, ¿no?. Pudiera parecer que es un ente que nos surte de alimentos sin tener muy claro cómo se producen y cómo llegan a nuestra mesa.
Es cierto, hay grandes empresas alrededor del negocio, hay grandes terratenientes y grandes beneficios que no se reparten como debieran (para eso se ha creado la Ley de la Cadena Alimentaria. Pero también lo es que muchas familias, muchas personas, trabajan muy duro para abastecernos. Que arriesgan su salud en un trabajo muy duro y sus propiedades casi con cada cosecha. Que la mayoría de propietarios y propietarias ponen todo el cuidado y el mimo en cada cosecha y en cada árbol para obtener un alimento de la mejor calidad posible. Y hablo de todo un año hasta llegar al final del proceso. Esa labor nunca acaba.
Hace muy poco, durante la pandemia, nos lo hemos encontrado de golpe en la cara y hemos reconocido esa gran labor que desarrollan quienes la ejercen. Ya sea desde una oficina, desde el cuidado en el campo, la recolección o la venta en un mercado. Cada eslabón de la cadena es indispensable.
A lo que voy es a que escuchaba y escuchaba con todas las “antenas alertas” y me maravillaba de la capacidad humana para encontrar soluciones a lo largo de nuestra historia. En este caso para resolver a través de la ingeniería cómo conseguir energía de forma sostenible, por ejemplo, a través de placas solares flotantes. En un ambiente distendido y cordial, poder intercambiar inquietudes sirve muchas veces para prender esa chispa de la creatividad y generar ideas, y lo que es mejor: soluciones accesibles.
Me traje como conclusión lo importante que es trabajar en base a aportar lo mejor de cada parte: sector agrario, profesionales, entidades financieras, administración pública y gestión política. Y, fundamentalmente, lo inútil que es intentar construir algo con reproches o búsqueda de culpables.
Tenemos un objetivo común: alimentos de Calidad y puestos de trabajo de Calidad. Vamos a por ello.
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