L?Horta es un destino turístico muy atractivo./ HORTA VIVA
Momento de uno de los talleres de orxata./ HORTA VIVAL’Horta se posiciona como una alternativa muy atractiva ante un turismo urbano cada vez más desestacionalizado y que demanda otro tipo de experiencias. Su proximidad a la ciudad de Valencia y su riqueza paisajística, arquitectónica y gastronómica la colocan en una situación ventajosa dentro del mercado turístico, abriendo una ventana de posibilidades para dinamizar la economía de la zona y reivindicar su valor patrimonial.
Horta Viva es un ejemplo de proyecto que apuesta por el agroturismo y que funciona, ya que lleva más de diez años trabajando haciendo las delicias de urbanitas, turistas nacionales y grupos internacionales. Las rutas guiadas que organizan permiten a los visitantes conocer la historia y las tradiciones valencianas más arraigadas dentro de un entorno bucólico por dónde parece que no ha pasado el tiempo a pesar de estar a escasos kilómetros de la capital.
La ruta de la horchata es la actividad estrella y la más internacional, que qué según nos cuenta Carolina Castellar, guía de la excursión, ya la han realizado grupos procedentes de los cinco continentes. El objetivo de esta actividad es dar a conocer todo el proceso de elaboración, de nuestra bebida más típica, desde el campo hasta el paladar.
Un paseo dónde además de conocer el cultivo de la chufa y sus innumerables beneficios nutritivos se pueden admirar también alquerías del siglo xix, la típica barraca valenciana o el centenario sistema de riego de las acequias que delimitan los campos.
Después de caminar más de una hora bajo el sol, y bajo esta temática, apetece saborear un buen vaso de horchata. Pero no sin antes, proponer a los integrantes del curso a que elaboren su propia bebida en un taller donde se les proporcionan todos los ingredientes e utensilios necesarios así como la receta para tal fin.
No obstante es inevitable echar la vista al horizonte y observar los edificios que rodean los campos. Están tan cerca que es imposible obviar la presión urbanística que existe en esta zona e invita a la reflexión. Sin duda, el mérito de todo este patrimonio pasa, en primera instancia, por aquellos que trabajando estas tierras y apoyar a los que quieren y querrán seguir cultivando en ella.
Apuesta por la ecológica
La Comunidad Valenciana es puntera a nivel nacional en agricultura ecológica, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y en l’ Horta Nord también encontramos agricultores que cultivan productos con el sello ecológico.
La demanda de los productos “bio” crece exponencialmente debido a un cambio en la conciencia alimenticia que ya es un fenómeno social. Esto abre múltiples oportunidades de mercado para los agricultores y también, exige un cambio en el proceso del cultivo de frutas y verduras, dónde se brindan ayudas desde las instituciones para tal transformación.
No obstante, los propietario de pequeñas parcelas no pueden aprovechar las ventajas que ofrece el mercado ya que no pueden competir con los grandes latifundios, según nos comenta responsables de “Lafanecà”, agricultores y tienda “bio” situada en Alboraya.
El consumidor demanda cada vez más alimentos ecológicos y podemos observar como éstos van ganando terreno en los estantes de los supermercados, que han sabido aprovechar la oportunidad de negocio. Pero para abastecer las necesidades de los clientes y ajustar los precios, las grandes firmas alimentarias recurren a proveedores que cultivan de forma masiva fuera de la comunidad, según afirman en “Lafanecà”.
Para conseguir el sello ecológico los agricultores pasan entre una y dos inspecciones al año donde se analizan sus productos para darle todas las garantías a un consumidor, informado, que sabe lo que come. Aun así, no es lo mismo consumir productos ecológicos, que ejercer un consumo responsable.
La mayor parte de los productos siguen envasándose en plástico y llegan en camiones procedentes de grandes latifundios de otras comunidades autónomas.
La solución para llevar el producto de la huerta a casa de la forma más sostenible y ecológica es el producto de proximidad y de temporada, algo que también mejoraría la economía local y beneficiaria a los agricultores de la zona.
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