El Grupo Aguas de Valencia ha inspeccionado en el último año más de 1.100
kilómetros de red de tuberías en el área metropolitana de Valencia, distancia
superior a la que separa la ciudad del Turia del principado de Mónaco.
Estos trabajos han logrado detectar anticipadamente 474 fugas y proceder
a su inmediata reposición, evitando la pérdida de agua. Así, gracias a la
planificación de sus Equipos de Auscultación de Redes (EAR), este año, Aguas de
Valencia evitará que el sistema hidráulico del área metropolitana y sus
municipios pierdan casi 2.500 millones de litros de agua, cantidad equivalente
a la almacenada en 2.500 millones de botellas de agua, de un litro.
El Grupo Aguas de
Valencia creó hace más de un lustro un equipo de profesionales especializados EAR siendo la planificación de la búsqueda
proactiva de fugas y su inmediata reparación, incluso antes de que estas se
produzcan, un valor añadido para la gestión eficiente de los recursos hídricos
en cada municipio.
El EAR (Equipo de
Auscultación de Redes) está formado por un grupo de técnicos y operarios
especializados en el control de los sectores y en la detección acústica de
fugas. Los medios materiales empleados son contadores de control general de
sectores, válvulas hidráulicas reguladoras, datalogger
(equipos de medición en continuo de presiones y caudales y envío de datos) que
con un sofisticado sistema de control supervisa y vigila las redes de
abastecimiento, las 24 horas del día.
Posteriormente, una vez
detectadas posibles anomalías en algún tramo de la red de tuberías, estos
equipos especializados trabajan en la localización de las fugas in situ,
revisándola aparatos de precisión -geófonos y correladores-, procediendo de
inmediato a su reparación y, por tanto, contribuyendo al ahorro de millones de
litros de agua al año.
Grupo Aguas de Valencia realiza
actividades de concienciación ciudadana en la revisión de sus propias
instalaciones domésticas, como elemento fundamental para asegurar el ahorro de
agua. Como ejemplo de la importancia de lo anterior, una fuga de 2 centímetros
de diámetro supone la pérdida anual de 132 millones de litros al año. Si
hablamos de instalaciones interiores, una cisterna de aseo que se quede
enganchada tirando agua puede suponer la pérdida de 3,5 millones de litros de agua
anuales.
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