En este momento de gran incertidumbre ante el total desprestigio del sector bancario muchos clientes me preguntan: que hacer con mis ahorros?...dónde puedo tener rentabilidad y seguridad...?
Y ahí va mi respuesta. Dada la ausencia de productos financieros que puedan ofrecer seguridad y rentabilidad, visto el cierre masivo de sucursales y la gran desatención a la clientela, a la que se le niega o dificulta poder hacer transferencias o ingresos en efectivo, lo que sobre todo afecta a los clientes más fieles y veteranos. Hundido pues como se ve el negocio bancario tal y como lo entendíamos hasta la fecha, el cliente ha de buscar alternativas a esta ausencia de rentabilidad para sus ahorros y todas estas incomodidades que le plantea que los escasos empleados de las sucursales han dejado de trabajar para los clientes a los que ahora se les impone que sean ellos mismos los nuevos empleados: es decir, los que eso sí, gratuitamente han de hacer por Internet o cajeros automáticos, todas las gestiones clásicas del negocio bancario que hasta hace bien poco nos hacían los antaño amables empleados: transferencias, pagos de recibos, ingresos de efectivo, pagos de tasas e impuestos, etc...A la vista de todo lo cual si nuestros ahorros ya no producen ninguna rentabilidad, ni apreciable ni segura por estar en una sucursal bancaria y además los trabajos y gestiones que antes nos prestaba la sucursal los debemos de efectuar nosotros, y además gratuitamente, es obvio que debemos de buscar alternativas rentables, seguras y diferentes a la banca tradicional que como se ve está agotada por decisión propia de los actuales directivos bancarios.
Y para ello lo más recomendable es comprar oro, el valor refugio clásico, el de toda la vida, el que nunca falla ni ha fallado, pues el oro en los últimos cinco años ha experimentado además una rentabilidad o aumento de valor de nada menos el 30 por cienti... Por eso contacte con su abogado de confianza para que le dirija y gestione sus ahorros invirtiendo con total seguridad en el único valor que siempre crece. En el valor refugio de toda la vida, que es fácil de comprar y de vender y que siempre nos da una más que apreciable rentabilidad. He ahí pues una clara alternativa y ademas segura al hundimiento del negocio y del servicio bancario.