Prototipo de los nuevos envases de conservación de alimentos
El Instituto
Teconológico del Plástico (AIMPLAS), el Centro Nacional de Tecnología y
Seguridad Alimentaria (CNTA) y TECNALIA Research & Innovation, junto a tres
empresas, están trabajando en el desarrollo de un nuevo sistema de protección
activo para alargar la vida útil y mejorar la calidad de quesos procesados,
bollos y pasteles.
El objetivo del proyecto Innpact es
el desarrollo de un nuevo sistema de protección activo para quesos procesados y
productos de bollería-pastelería mediante la búsqueda y selección de compuestos
antifúngicos naturales y el estudio de su posterior aplicación en los
alimentos mencionados.
En el desarrollo de este proyecto se investigará la adición de los
antifúngicos mediante tres vías diferentes: su inclusión en el propio material
plástico del envase cuando éste es fabricado, mediante recubrimiento sobre el
material de envasado, y mediante recubrimiento comestible sobre el propio
alimento. De este modo, se prolongará la vida útil y la calidad de estos
productos, así como la creación de nuevas vías de negocio de alto contenido
tecnológico, alto valor añadido y la promoción de la innovación en el sector
alimentario y plástico.
El proyecto, que cuenta, además de con los tres centros tecnológicos, con
las empresas, NOVAPAN que actúa como
líder del proyecto, Industrias Lácteas
Asturianas (ILAS) y General de Manipulados Plásticos (GMP), está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación,
dentro del Subprograma Innpacto.
La participación de estos tres centros tecnológicos en el proyecto
posibilita acelerar el proceso de desarrollo y puesta en mercado de los
productos, lo que permite ganar competitividad a las empresas. Así mismo, las
empresas que colaboran en esta investigación, garantizan que una vez se
obtengan resultados adecuados, estos puedan ser explotados y comercializados en
un periodo de tiempo razonable.
Compuestos
antifúngicos
La vida útil de alimentos como el pan, los productos de bollería y
repostería o el queso, se ve limitada por las alteraciones microbiológicas
-crecimiento de mohos-, de textura –endurecimiento- o por el enranciamiento de
grasas.
En la actualidad, muchos de estos problemas se solucionan aplicando
tratamientos térmicos severos, utilizando atmósferas modificadas, o mediante
aditivos que reducen o eliminan la actividad enzimática y los microorganismos
presentes en el alimento, controlan el color y los procesos de oxidación de las
grasas del producto.
Sin embargo, los nuevos hábitos de vida y la creciente preocupación del
consumidor por su salud provocan la búsqueda de productos más naturales, sin
conservantes químicos, saludables, seguros, baratos y con una buena calidad
sensorial y nutritiva durante un largo periodo de vida útil, aspectos que no se
terminan de cumplir con las tecnologías utilizadas hasta el momento.
Por ello, la aplicación de los compuestos antifúngicos se va a desarrollar
en tres formatos, como envase activo, recubrimiento del envase activo y como
recubrimiento comestible.
Los envases activos permiten una migración controlada en el tiempo de
ciertos aditivos que puedan ser beneficiosos para el alimento. Los
recubrimientos comestibles activos aplicados sobre la superficie del producto
igualmente permiten una migración controlada en el tiempo de aditivos, además,
según el recubrimiento utilizado, posibilitan reducir la concentración de
oxígeno que pasa al interior del producto, lo que actuaría igualmente en la
acción sobre el crecimiento fúngico. Además de regular la transferencia de
gases al producto, permitiría controlar también la humedad.
Este proyecto tiene un marcado carácter innovador por su objetivo principal
y por otros factores tecnológicos como la búsqueda de menores cantidades de
aditivos o incluso la sustitución de estos por aditivos naturales, la
utilización de nuevas tecnologías de proceso y envasado y la unión de los
sectores de bollería y pastelería y el lácteo en una acción de I+D+i..
Sobre AIMPLAS
El Instituto Tecnológico del Plástico es un Centro de Innovación y
Tecnología (CIT) reconocido por la Comisión Interministerial de Ciencia y
Tecnología y está ubicado en Valencia (España).
Nace en 1990 como asociación de investigación sin ánimo de lucro de ámbito
nacional e internacional y pertenece a la Red de Institutos Tecnológicos de la
Comunidad Valenciana (REDIT) y a la Federación Española de Institutos
Tecnológicos (FEDIT). Además, es miembro activo de otras redes tecnológicas
como SUSCOMPNET, EuCIA, AESICOM e IBEROCIT.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia