El nuevo biocomposite es resistente a la corrosión y un 40% más ligero. FOTO: EPDA.
El
Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) y el Instituto Tecnológico Textil
(AITEX) acaban de completar el primer año de los tres que durará BIOAVANT, un
proyecto financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial
(IVACE) y la Unión Europea cuyo objetivo es desarrollar una nueva generación de
biocomposites avanzados a partir de bioresinas y fibras naturales. El innovador
material sustituye un porcentaje muy importante de su contenido en petróleo por
aceites naturales y la fibra de vidrio por fibras naturales, además, es mucho
más ligero que los composites tradicionales, más económico, sostenible
medioambientalmente y resistente a la corrosión. Con él se fabricarán las palas
para un generador de microeólica más respetuoso con el medio ambiente.
BIOAVANT
es un proyecto coordinado por AIMPLAS que finaliza en diciembre de 2014 y
gracias al cual se va a desarrollar un novedoso biocomposite a partir de aceite
de soja y reforzado con fibras naturales de lino, cáñamo y yute. En el caso de
la bioresina, que incluye en su composición aceite de soja, se pretende sustituir
con ella un porcentaje muy importante del petróleo que habitualmente se emplea
en los composites convencionales. Concretamente se espera reducir su presencia
en la composición a un 60% ó 70%.
Más ligero y resistente a la corrosión
En el caso
de las fibras naturales, su incorporación al nuevo material es muy importante
porque no solo consiguen aligerar el peso del composite resultante entre un 30%
y un 40%, sino que además sustituyen por fibras naturales un material como la
fibra de vidrio, que durante su manipulación puede producir irritaciones y
otros efectos sobre la salud de las personas y el medio ambiente. Además, según
explica Sergio Fita, investigador implicado en el proyecto, “uno de los
aspectos más importantes de la
producción de las fibras naturales cuando se las compara con la fibra de vidrio
es que el consumo energético necesario para su producción es menor, con las
consecuentes ventajas que eso implica también para el medio ambiente”.
Otra de
las ventajas del nuevo biocomposite es su resistencia a la corrosión, y el
hecho de que esté producido a partir de materiales procedentes de fuentes
renovables. A esto hay que añadir unas buenas propiedades mecánicas y de
aislamiento acústico y térmico, así como un menor coste de producción de las
fibras naturales. Según Sagrario Gironés, investigadora del proyecto, “la
utilización de polímeros de origen natural en la fabricación de composites
presenta ventajas destacables frente a los polímeros procedentes del petróleo,
ya que por una parte los combustibles fósiles no se encuentran todavía en
niveles críticos pero no se están renovando y se estima que quedan entre
1-1,5×107 t que se pueden acabar en unos 40 años al ritmo en que se están
consumiendo. Además, por otra parte los polímeros petroquímicos presentan un
elevado precio, debido a los conflictos en los países productores de petróleo y
a la demanda global. Por ello los nuevos biocomposites presentan un impacto
ambiental menor y a un coste más competitivo”.
Estas
ventajas y propiedades hacen del nuevo biocomposite un material apropiado para
ser utilizado en sectores como la industria naval, el transporte público, la
automoción, construcción, el mobiliario urbano, el ocio y el deporte, e incluso
el de las energías renovables. Precisamente, entre los objetivos del proyecto
figura la fabricación de las palas de un demostrador de energía microeólica
utilizando exclusivamente el nuevo material, de forma que el generador tendría
una doble vertiente sostenible: la de la energía producida y la del material empleado
para su construcción.
Sobre AIMPLAS:
El Instituto Tecnológico del Plástico es un
Centro de Innovación y Tecnología (CIT) reconocido por la Comisión
Interministerial de Ciencia y Tecnología y está ubicado en Valencia (España).
Nace en
1990 como asociación de investigación sin ánimo de lucro de ámbito nacional e
internacional y pertenece a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad
Valenciana (REDIT) y a la Federación Española de Institutos Tecnológicos
(FEDIT). Además, es miembro activo de otras redes tecnológicas como SUSCOMPNET,
EuCIA, AESICOM, IBEROCIT y FEDIT.
Sobre AITEX:
El Instituto Tecnológico Textil es una
asociación de carácter privado sin ánimo de lucro, integrada por empresas
textiles y afines, cuyo objetivo principal es mejorar la competitividad del
sector. Por este motivo, desde el Instituto se fomenta la modernización y la
introducción de las tecnologías emergentes y nuevas mediante la realización de
proyectos de I+D y, en general, de actuaciones que contribuyen al progreso industrial
del sector. Está inscrito con el nº 36 en el Registro de Centros
de Innovación y Tecnología y con el nº 115 en el Registro de Oficina de
Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI). Pertenece a la Federación
Española de Entidades de Innovación y Tecnología (FEDIT) y a la Red de
Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT) y a numerosas
entidades nacionales e internacionales.
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