Javi González "Viza" Albalat ha pasado de ser un pueblo con alegría, con color y subido en el tren del crecimiento y progreso, a ser un pueblo gris. Paralizado. Inversiones sin ejecutar, subvenciones perdidas por dejadez y mala gestión y un gasto de personal histórico, CASI 2 MILLONES DE EUROS (1.988.127,43 €). Y aquí no se contempla la Policía Local (son Servicios Públicos Básicos). Por el contrario, las inversiones bajan hasta los 380.000 €, y los vecinos ven como en 2 legislaturas tan sólo han sido testigos de unas obras de L’ Espai Escorxador.
Estamos ante los presupuestos menos sociales y con más impuestos de la historia. Baja la partida de Servicios Sociales, la partida de los programas de empleo en 40.000€, la de cultura y educación, la del control felino y, por el contrario, suben los impuestos (un 14% el de contribución). Eso sí, sube el presupuesto de fiestas un 90% (son las últimas antes de elecciones y hay que tener contento al pueblo.
No hay que obviar los sueldazos que pagamos a Nicolau y Yolanda (casi 300.000 € por legislatura), esos mismos que cuando gobernaba el PP asistían a los plenos con carteles “sueldo 0 €” porque un concejal del PP cobraba 1000 € al mes por trabajar 24 horas, 365 días al año. El poder del sillón, que todo lo cambia.
Ese sillón es tan mágico que une a las personas, permite hasta que un equipo de trabajo enfrentado, como es el PSOE y Compromís, que ya no pueden ni ocultar sus desavenencias en público, poniéndose a discutir en mitad de un pleno, aguanten. Y no por amor, sino por el sillón. Que es mágico.
Mientras, los vecinos desempleados ven como desde el consistorio no reciben ayuda, que sólo se contrata a militantes, amigos o familiares. Al no ser que seas de Podemos, que, si les insultas o cuestionas a través de las redes sociales, eres contratado y desaparecen los insultos de las redes. Coincidencia. O Magia.
También vemos como hay vecinos interesados en trabajar limpiando el colegio, pero en lugar de contar con vecinos desempleados del pueblo, como siempre hizo el Partido Popular, el alcalde prefiere la “economía de proximidad”, es decir, próximos a él. Que todo quede en casa.
Por parálisis, hemos tenido parado hasta el bar del polideportivo, sin ofrecer servicio a nuestros vecinos porque la empresa adjudicataria cerró la ‘paraeta’. Una sociedad de fuera, a pesar que en Albalat había familias interesadas en la gestión. Coincidencias, o magia, que esa empresa fuera investigada por financiar al partido de Compromís.
Hasta tuvimos un ‘intento’ de golpe de Estado hace unos meses, donde Compromís quería que desapareciera el castellano de nuestra administración y que solamente el valenciano fuera la lengua oficial. Pero ni sus socios respaldaron esta temeridad y ni Compromís ni sus militantes que acudieron a insultarnos al pleno pudieron convertir la lengua en un obstáculo ni en una herramienta de confrontación. Ganó la libertad.
Ya lo ven, este es mi ayuntamiento, un consistorio “des-gobernado”, un pueblo que el Partido Popular dejó hace más de 7 años en la senda del progreso, del avance y que ahora está ahogado, gris y paralizado. Eso sí, si eres militante, hijo o padre, progresarás. Así es el progresismo. La magia del sillón.
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