La Unión musical de Casinos y el M.I. Ayuntamiento de Casinos dentro de la programación anual del Auditorio de Casinos nos sorprendieron el pasado sábado con la puesta en escena de “Por tango” que viene a ser un reflejo de la inmigración española hacia Argentina, donde se conjuga la Danza Española, Clásica, el Tango Argentino y el Flamenco, todo ello arropado por la música de Gardel, Estrella Morente, Ara Malikian, y el directo del flamenco popular, ambientado en los cafés cantantes de la época.
El taller de danza del Conservatorio de Riba Roja del Turia, puso de manifiesto la alta cualificación de sus jóvenes bailarines, chicos y chicas de corta de edad, dejaron muy alto el listón de su preparación y buen hacer.
La puesta en escena fue fantástica, los trajes acordes a la actuación, y el sentir de los bailes se transmitían con fuerza. No faltaron las narraciones históricas, las maletas, los ruidos de los barcos, los ecos de la triste y a veces esperanzadora inmigración. Resultaba chocante oír aquellos ruidos que a veces nos parecían de película en blanco y negro o de cafetín en desuso.
Muy bien por esos jóvenes danzantes, por su preparación, por su trabajo que se puede ver en cada paso que daban sobre aquellas finas maderas.
El momento álgido del espectáculo fue cuando en medio de una penumbra imperceptible se descubrió la silueta de nuestro bailarín Alberto Marqués, que no pudo olvidar sus años de estudio en aquel Conservatorio, que durante mucho tiempo fue su casa, y se sumó al evento de actuar en la Catedral del Arte de Casinos, su casa natal desde que vino al mundo.
Y Alberto Marqués entre una espesa penumbra, y unos focos que resaltaban su imagen, puso el sello de oro a aquel espectáculo, dio lustre a la noche, y supo declarar con su forma de bailar, quien es Alberto arriba de un escenario.
Sus pasos firmes al compas de aquella música dieron a entender desde el primer momento que la fortaleza humana es un don que se adquiere con la tenacidad. En ese momento, yo pensé en la fuerza que transmitían sus pies, sus tacones, su ritmo. Esa categoría no se adquiere en un momento, en unos días; ese arte además de nacer de las entrañas del artista, se adquiere a base de horas, de desgastar zapatos, de limar tacones, y sobre todo de tener una mente fresca capaz de transmitir al público el sentimiento que albergas en tu interior a través del paso de los años.
Escribo estas líneas escuchando una bella y profunda marcha de procesión Sevillana “Caridad del Guadalquivir”, y queridos lectores esta marcha eleva mi mente, eleva mi espíritu y recuerdo a ese maestro del arte, que es un chico sencillo, joven y humano, un chico del pueblo, que se llama Alberto Marqués, que al igual que ésta marcha nos transmite los más profundos sentimientos de que el arte está vivo, y que Casinos en su Auditorio, gozó el sábado por la noche de un elenco grande de artistas, con una estrella capaz de dar luz a otras muchas estrellas que desfilaron por aquella escena.
Gracias bailarines, Gracias por vuestro Tango, y Gracias a Alberto Marqués, por ser la estrella que cerró aquel cielo luminoso inundado de alegría y de baile.
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