Ana María Sala Fernández/EPDA Sin duda ser alcaldesa en esta legislatura está siendo un reto como hay pocos. Comenzamos 2020 enfrentándonos a dos situaciones muy complicadas. Me refiero al temporal de enero, que dejó la playa de la Fossa devastada y a la pandemia. Por esta última tuvimos que aparcar todas las inversiones importantes que queríamos hacer con un presupuesto de 40 millones de euros.
Cuando se declaró en marzo de 2020 el estado de alarma, hace ahora un año, nos sumergimos en una compleja situación llena de decisiones que debieron ser tomadas desde la total incertidumbre. La única certeza que teníamos
en aquel momento era que, como siempre hemos hecho y siempre haremos, nuestra prioridad era el bienestar de los calpinos.
Por ello, desde el primer minuto, trabajamos de forma incansable dedicando todos nuestros esfuerzos en ayudar a las personas que más lo necesitaban, a las familias y a las empresas calpinas. Lo primero fue crear una red de cuidados para la ciudadanía en la que la Policía Local, la Guardia Civil, y muy especialmente Protección Civil y el SAD tuvieron un papel fundamental, sumado, evidentemente, al trabajo heroico del Centro de Salud de Calpe. Cabe destacar que toda esta red fue efectiva gracias al ejemplar comportamiento de la ciudadanía calpina durante el
confinamiento.
Por nuestra parte, desde el Ayuntamiento de Calpe creamos en marzo del 2020 el ‘Plan Resiste’, que destinaría un total de 594.636.83€, consistente en una línea de ayudas, tanto para familias como para empresas, destinadas a paliar los efectos del COVD19. Inicialmente se aprobaron ayudas para la vivienda habitual de pensionistas
y desempleados de larga duración. Además se destinaron 100.000€ para ayudas de alimentación, higiene y farmacia para personas sin recursos en una primera remesa del más de un millón de remanente de Tesorería que el Ayuntamiento acordó en destinar a Servicios Sociales. Asimismo, se aprobó aportar un millón de euros para
ayudar al comercio local calpino así como una serie de medidas extraordinarias como las ayudas para el pago de basura para los comerciantes, la modificación de la ordenanza del IBI para permitir los fraccionamientos y aplazamientos sin intereses de demora para personas en riesgo de vulnerabilidad o la suspensión del pago de
la tasa de terrazas para la hostelería, entre otras.
Finalmente el sentimiento que me queda de mis vivencias como Alcaldesa en tiempos del Covid19 es el profundo orgullo que he podido sentir por todos aquellos que han dado el máximo de sus esfuerzos, aportando lo mejor de sí mismos cuando ha sido necesario. Desde aquellos colectivos que trabajaban por todos, hasta los que cumplieron a rajatabla y se quedaron en casa, mostrando continuamente maravillosos ejemplos de solidaridad y bondad. Juntos, y solo juntos, lo superaremos.
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