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Alfredo Pérez Rubalcaba o el regreso del felipismo
Con el final de Zapatero termina el experimento de 'tercera vía' del Partido Socialista
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PERE VALENCIANO - 03/07/2011
El XXXV Congreso Federal en el que ganó Zapatero al favorito, José Bono.
Todavía recuerdo aquel XXXV Congreso Federal del PSOE en el que ganó contra pronóstico aquella joven promesa de la política española, José Luis Rodríguez Zapatero, por 9 votos de diferencia, contra el favorito, José Bono. Dentro de poco se conmemoran los 11 años de aquella nueva etapa que abría el Partido Socialista, en aquel cónclave que se celebraba en Madrid del 21 al 23 de julio y al que asistí como redactor del periódico valenciano Las Provincias. Mucho ha llovido desde aquel día en que un inexperto diputado de León se hacía con las riendas del partido fundado por Pablo Iglesias, tras el primer intento fracasado de primarias con Josep Borrell y Joaquín Almunia. En esta ocasión, Rodríguez Zapatero y su Nueva Vía, la versión española de la 'Third Way' de Tony Blair y la 'Neue Mitte' del alemán Gerhard Schröder, lograban convencer con un mensaje ilusionante y distinto a los compromisarios socialistas llegados de todos los rincones de España. El nuevo socialismo, sin embargo, ha fracasado una década después. Ni rastro de la Nueva Vía y regreso al felipismo.
El 22 de julio del año 2000 Zapatero lograba 414 votos, frente a los 405 del candidato del aparato y del felipismo, el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José Bono. Peor quedaron todavía la guerrista Matilde Fernández (109) y Rosa Díez (65), la hoy líder de UPyD, quien quedó en cuarto lugar.
El partido quería un aire nuevo, romper con el pasado y mirarse en el espejo del nuevo socialismo europeo, que años más tarde se ha demostrado un fracaso. Zapatero venció porque supo ilusionar con un mensaje distinto, un socialismo que volvía a mirar a la izquierda tras la inevitable deriva al centro después de tantos años gobernando.
Once años después, la situación es muy distinta. Zapatero no sólo no ha sabido estar a la altura de la difícil situación económica, sino que ha traicionado sus propios principios, siguiendo las instrucciones que recibía del presidente de Estados Unidos, de Alemania y del FMI.
Zapatero se marcha, pero lo hace cuando le interesa al Partido Socialista, siguiendo los ritmos que le marca su sucesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, verdadero cerebro del último gobierno de Zapatero. Las elecciones serán en otoño o en marzo según lo que más le convenga a Rubalcaba y sus opciones de darle la vuelta a las encuestas o, al menos, obtener el mejor resultado posible.
Rubalcaba ha sido quien ha marcado los tiempos con el terrorismo y la presentación o no de Bildu a las elecciones municipales, con el resultado por todos conocidos; y Rubalcaba es un experto en la filtración de noticias como cortinas de humo para desviar la atención de la opinión pública en determinados momentos. Así ha sido con informes y filtraciones del caso Gürtel o, uno más reciente, la limitación a 110 kilómetros/hora de la velocidad por autopistas y autovías.
Con Rubalcaba regresa el PSOE del felipismo. Y sus medios afines ya han comenzado a trabajar a favor de su victoria, como lo demuestra El País con la extensa entrevista y reportaje de este domingo. Con Zapatero fracasa aquella 'Nueva Vía' que pretendía ser transgresora y reorientar al partido a la izquierda. Las ideas están muy bien hasta que se llega al poder.
Pero Rubalcaba, hombre inteligente donde los haya, tiene un problema: ha estado 8 años en el Gobierno de Zapatero y ahora nos toca preguntarnos por qué no ha aplicado las medidas que dice tener y conocer para sacar de la crisis a España.