Ana Barceló, en la entrevista a El Periódico de Aquí. EPDA
Un instante de la entrevista. EPDA Con 32 puntos de incidencia que tenemos hoy. ¿Es correcto utilizar el ‘termino’, el milagro valenciano?
No hay milagros si no hay responsabilidad, medidas y restricciones. Las cifras son el reflejo de un conjunto de decisiones que afectan a la ciudadanía y que esta ciudadanía se ha implicado en ellas. No hay milagro, hay esfuerzo.
Pero hay otras autonomías que han aplicado restricciones con peores resultados ¿Por qué? ¿Hemos sido más responsables?
Intervienen muchísimas cosas, posiblemente han adoptado las mismas medidas, pero en ellas hay una graduación respecto aforos y horarios. Lo que está claro es que nuestras medidas han tenido resultados. Sin lugar a dudas el comportamiento de la ciudadanía ha sido determinante. Todo el mundo ha ido entendiendo que si se protege a si mismo, protege a los demás. Todo es un conjunto, no hay un único elemento.
Estamos rozando la ‘nueva normalidad’, en una situación sin Estado de Alarma y restricciones desiguales por territorios. ¿Es partidaria de un paraguas legal para poder evitar ciertas dudas jurídicas?
Yo siempre he trasladado que las comunidad autónomas tenemos margen legal para adoptar decisiones y lo importante no es adoptar estas, si no que se cumplan, y en algunas comunidades esto no ha sido así. Nosotros pensamos que ahora tenemos un marco legal y el TSJCV siempre se ha posicionado favorablemente a nuestros informes epidemiológicos donde se ha fundamento muchísimo el motivo de las medidas.
¿No le resulta paradójico que en territorios con la pandemia menos controlada la justicia deniegue medidas como el toque de queda?
Pero es el motivo que te explico. La justificación epidemiológica da lugar a diferentes interpretaciones en cada tribunal. De hecho, estamos viendo algunas autonomías que reclaman el Estado de Alarma cuando durante meses han estado con una relajación de sus medidas, ni ha habido una concienciación hacia la ciudadanía.
¿Es previsible un aumento de los contagios tras la relajación de las medidas?
Es difícil que eso ocurra porque en España está bajando el numero de contagios. Es complicado que dado el ritmo de vacunación, la pandemia pueda volver a desbocarse.
Hay una cierta psicosis social hacía la llegada de ciudadanos de otras autonomías donde la pandemia esta menos controlada. ¿Es una cuestión fundada?
Evidentemente hay mayor riesgo con el movimiento de personas. Pero si las personas que nos visitan adoptan las medidas y cumplen las restricciones implantadas, evidentemente no habrá efectos adversos. Nosotros aun mantenemos el toque de queda, eso también es un elemento disuasorio para personas que vienen a la Comunitat buscando ocio o entretenimiento.
Hay quien pueda pensar que con una incidencia tan baja en nuestro territorio hubiese sido mejor mantener el cierre perimetral y eliminar el toque de queda.
El cierre perimetral es más complejo sin el Estado de Alarma. Evitar la circulación de las personas a una hora determinada es mas justificable, si no tenemos una limitación de la movilidad horaria, el perimetraje tampoco nos ayudaría excesivamente.
Durante toda la pandemia se ha acusado a la Comunitat Valenciana de ser una autonomía que realizaba pocas PCR. ¿Por qué se ha seguido esta estrategia?
Lo que nos ha funcionado ha sido el rastreo. Es decir, una vez tenemos un positivo hemos contactado a todas las personas que han tenido un contacto con él. El rastreo nos ha permitido tener un control mayor sobre la transmisión. Hemos sido una de las comunidades que ha hecho un seguimiento más exhaustivo y hemos comunicado los brotes diariamente. Esto nos permite atacar la fuente del contagio y por eso la Comunitat ha sido la que más medios y recursos ha puesto para llevar acabo este rastreo. Nosotros hemos hecho pruebas a quien realmente debíamos hacérselas, como en tres discotecas o en los colegios mayores. Es nuestra estrategia y nos ha funcionado.
Se siguen notificando fallecidos de la tercera ola. ¿Se han ocultado?
Si lo hubiésemos querido ocultar no los notificaríamos en estos momentos. Hay que tener en cuenta que las notificaciones a Salud Publica viene desde muchas vías y en el pico más alto que vivimos, en el mes de enero-febrero, el sistema estaba volcado en la asistencia a las personas y hubo retrasos. Cuando ya el sistema se ha relajado y no vive con presión se ha hecho una revisión de todos estos fallecidos.
Los hospitales de campaña han tenido también cierta controversia. Costaron 16 millones de euros pero no han albergado demasiados ingresosdurante estos meses, ni han servido como UCIs. ¿Han sido una buena estrategia?
Han albergado muchas más cosas. Han sido espacio de vacunación y de PCRs, pero también han acogido a pacientes que van a ingresar para una operación, pacientes que han pasado el virus y necesitan una revisión, a los inmigrantes llegados en patera y necesitaban ser aislados. Da la sensación que ha sido una infraestructura que no se ha utilizado, pero si no hubiésemos tenido esta infraestructura, el reproche hubiese sido mayor. Con el tiempo que ha transcurrido uno puede hacer una valoración y puede haber diferentes opiniones. En aquel momento, teníamos que anticiparnos a una situación que podía producirse y han servido de soporte cuando hemos necesitado utilizarlos.
Ya hay unas primeras voces que demandan el fin de la mascarilla al aire libre. ¿Cuando dejaremos de utilizarlas?
Yo siempre he tenido una brújula que ha sido la prudencia. Me gustaría que pudiéramos desprendernos de la mascarilla lo antes posible. ¿Cuándo? Cuando los expertos consideren que no hay riesgo para la salud. Nosotros abordaremos este tema en el Consejo Interterritorial y se prescindirá de ella cuando sea oportuno. Estamos pendiente de lo que pasa en aquellos territorios donde ya no se cuenta con ella.
¿Con un 70% de personas vacunadas será factible?
Es factible que podamos desprendernos de ella cuando alcancemos ese porcentaje, pero es previsible que la debamos llevar en interiores, tanto en actividades culturales como cualquier espacio.
¿La prohibición de fumar en terrazas ha llegado para quedarse?
Fumar en las terrazas tiene un riesgo. Lo recomendable es no fumar en las terrazas, además por salud. Lo ideal sería que no se permita el tabaco en las terrazas haya o no pandemia.
¿Cuándo prevé que el ocio nocturno vuelva a funcionar?
Esto es un acuerdo del Consejo Interterritorial y será este órgano el que lo decida. Yo espero que esta decisión se pueda adoptar.
¿Y comer en los cines?
Se podrá recuperar, pero se debe acompañar del uso de la mascarilla. Lo que barajamos siempre son dos elementos, la situación y la vacunación. Si existe un descenso o consolidamos el número de contagios y si hay un aumento de la vacunación habrá medidas que terminarán de aplicarse. No podemos adelantar nada aún. Tenemos que evaluar el impacto de las nuevas restricciones en los próximos 14 días y si ha habido algún comportamiento social que pueda modificar los buenos datos.
¿En qué situación se encuentra la vacunación?
En este momento, con la primera dosis tenemos un 33,8% de la población y con la pauta completa un 15,8%. Eso supone, 1.447.294 personas con una dosis y 676.207 con las dos.
La previsión de la Generalitat era llegar a vacunar 400.000 personas semanalmente en el mes de abril. ¿Llegaremos al 70% en 100 días?
Yo creo que el ritmo crecerá, el Ministerio ya ha avanzado que van a llegar muchas más vacunas en junio.
¿Cuánta gente está rechazando vacunas?
Un 20% de las que son citadas, pero en este porcentaje tenemos que tener en cuenta que estarán las personas que han padecido la enfermedad y que no han transcurrido los seis meses reglamentarios, personas con una enfermedad incompatible con la vacuna y personas que la hayan podido rechazar.
¿Tiene miedo de que aumente este porcentaje conforme remite la pandemia?
Yo creo que disminuirá el porcentaje, porque hemos notado que los ciudadanos ahora que se les está volviendo a llamar, acude para ser vacunada. Hay una mayor confianza en las vacunas con el paso del tiempo.
Todavía no sabemos que pasará con la segunda dosis de AstraZeneca. Madrid ya ha anunciado que empezara a vacunar la semana que viene. ¿Y nosotros?
Madrid no puede vacunar, no puede saltarse la estrategia nacional. La decisión sobre Astrazeneca se aprobará en el próximo consejo interritorial y estoy segura de que Madrid esperará. Lo mas importante es la salud de los ciudadanos, tomamos estas decisiones con la información que tenemos.
Se ha dado luz verde a las Fallas en septiembre. ¿Qué criterios sanitarios las impedirían?
Hemos establecido las actividades imprescindibles que pueden llevarse a cabo para cerrar un ciclo. Las fallas nos remitirán esta lista y estableceremos los protocolos y las medidas que sean oportunas. Se permitirán actividades sin aglomeraciones de personas y donde se puedan controlar aforos y distanciamiento. Valoraremos si estos actos son de bajo, medio o alto riesgo, pero hay algunos que no se podrán celebrar y que el sector conoce perfectamente.
¿Hubiera sido posible celebrar las Fallas en el julio pasado, cuando había una incidencia muy baja?
No, no había vacuna.
¿Cómo esperan que afecte la variante india?
En estos momentos no tenemos casos en la Comunitat Valenciana. Estamos pendientes de algunos estudios, pero en el país su presencia es muy baja. Esperemos que con los controles, esta variante no penetre y si lo hace, que esté muy controlada y tengamos un porcentaje de inmunización muy alto.
¿Nos protegen las vacunas contra esta cepa?
Hay algunas vacunas que si nos protegen respecto a otras variantes. Los laboratorios están investigando para que la vacuna proteja de todas las variantes que están circulando en este momento.
El último estudio de la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública nos sitúa como la tercera autonomía con el peor sistema sanitario. ¿Qué opinión le merece?
No he leído ese informe, pero estando peor financiados, somos lo que mayor esfuerzo hemos hecho con respecto a otras comunidades y nuestro presupuesto ha crecido exponencialmente. Estamos en la media de España.
¿Cuál ha sido el peor momento de toda la pandemia?
El peor momento es cuando ves las vidas que se pierden y te colocas del lado de las personas que están sufriendo… Tanto el principio de la pandemia, como los meses de enero y febrero han sido días muy duros.
¿Cuál ha sido la decisión más dura que ha tenido que tomar como consellera?
Todas son duras. Han afectado a sectores económicos y a la situación social y económica de cada ciudadano. Lo más importante es que durante este tiempo el objetivo lo teníamos claro y aunque supiésemos que las restricciones podían tener efectos, proteger la salud estaba por encima de cualquier otra cosa. Eso amortigua las decisiones que se toman, pensar en el bien común.
¿Consideran que se han equivocado en algo?
Cuando esta crisis termine veremos algunos de los errores y aciertos que hemos tenido. Hay que verlo con calma. Hubiéramos podido poner medidas más duras, pero no sabemos si el resultado hubiese sido distinto. Hay que dejar que finalice la pandemia, entonces podremos hacer un balance, tomaremos buena nota y eso nos servirá para el futuro.
¿Ha pensada en algún momento en tirar la toalla?
No. No puedo pensar en mi cuando hay tantas circunstancias que merecen poner nuestro esfuerzo en ello.
¿Podemos poner fin a la pandemia a lo largo de 2021?
Sí. Podremos ponerle fin este año. Si llegamos a final de verano con el 70% vacunado, será mucho más fácil llegar a fin de año con el 100%.
¿Quiere seguir siendo consellera de Sanidad en la próxima legislatura?
Me gusta vivir el presente, para no perderme en el futuro.
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