Ana Penyas La ganadora del Premio Nacional del Cómic
2018, Ana Penyas, considera que el mundo del cómic vive "un momento
dulce" y cada vez tiene una mayor divulgación, ya que la gente consume
más visualmente, e incluso ha cambiado el perfil "típico" de quienes los
leen y ya no es "un mundo de frikis". En una entrevista con la Agencia EFE, Penyas (València, 1987) asegura
además que el mundo del cómic "se está feminizando", aunque todavía es
"supermasculino", como se puede ver en los salones de cómic, y queda
"mucho por hacer", pues hay "una herencia de estereotipos machistas muy
fuertes".
La ilustradora valenciana considera que es "un poco triste" que haya
sido la primera mujer en lograr el Premio Nacional de Cómic -gracias a
su novela gráfica "Estamos todas bien" (Salamandra), que narra la
historia de sus abuelas y busca dar voz a esa generaciones olvidadas-, y
espera que esto "se normalice" en el futuro.
"Para mí lo relevante no es que yo haya sido la primera mujer, sino que
haya ganado un relato sobre las mujeres de esa generación, porque al
final las protagonistas son ellas", destaca, y lamenta que una de sus
abuelas, Maruja, no se haya enterado mucho del premio por su enfermedad,
si bien la otra, Herminia, está "muy contenta".
Preguntada por el hecho de que el 60 % de los premios nacionales
concedidos en 2018 por el Ministerio de Cultura haya recaído en mujeres,
afirma que espera que sea "un cambio real", aunque alerta de que "hay
mucha parte de lavarse la cara las instituciones" en muchos ámbitos,
donde buscan a mujeres donde "son todo hombres" para que no se les
"echen encima".
Penyas asegura que desde la concesión de este galardón "ha subido mucho
el nivel de propuestas de trabajo" que recibe, y opina que "lo bueno de
esto" es que ahora tiene "el poder de decir que no" y de concentrarse en
lo que le gusta y en proyectos de más larga duración.
Desvela que ha empezado a trabajar ya en un nuevo cómic, que en líneas
generales versará sobre turismo y territorio, aunque está "muy en los
inicios" y espera poder concentrarse en él después de Navidad, pues
hasta ahora ha sido "imposible", entre otras cosas por la repercusión
mediática del premio, que le ha "sobrepasado".
En esa nueva historia avanza en el tiempo con respecto a obras suyas
anteriores, pues "Estamos todas bien" se publicó casi a la par que "En
Transición", ambas ambientadas en el mismo contexto histórico, y quiere
que abarque desde los años 60 del siglo XX hasta la actualidad.
Explica que también tiene un proyecto de álbum ilustrado infantil, que
firmó hace ya tiempo con una editorial colombiana, y asegura que la
"parte feminista" intenta que esté "siempre" en el enfoque de sus
trabajos.
Respecto a la presencia de mujeres en el mundo del cómic, opina que no
es que en la actualidad haya más, sino que ahora se está "visibilizando"
su trabajo y también "hay más lectoras mujeres, que reclaman también su
parte", al tiempo que considera que ella ha "caído en un momento muy
justo" en este ámbito.
Admite que cuando estudiaba Bellas Artes no imaginaba lo que está
viviendo ahora y recomienda a quienes quieran dedicarse a este ámbito
que se lo planteen "como carreras de fondo" y luchen por lo que desean,
pues "no hay fórmulas" ni es "un mundo fácil", el del cómic menos que el
de la ilustración, pues en España "se paga muy mal".
La ilustradora afirma que a veces le da vértigo lo rápido que avanza su
carrera profesional, "sobre todo la parte mediática", ya que su trabajo
es "muy solitario".
"Cuando vuelva a publicar habrán pasado dos años y entonces todo se habrá relajado", augura. Loli Benlloch
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