Pere Valenciano. El titular de las elecciones andaluzas es claro: éxito espectacular del PSOE e irrupción de Podemos y Ciudadanos a costa del hundimiento de PP e IU. Susana Díaz repite el resultado de hace 3 años: 47 diputados, a 8 de la mayoría absoluta, un enorme respaldo si se tiene en cuenta que se contaba con la irrupción de Podemos y que la corrupción de los EREs se ha producido con gobiernos socialistas.
Por detrás, el PP se desploma (de 50 a 33), castigado por la corrupción generalizada, los problemas internos del partido y el candidato poco experimentado y la crisis económica, que ha provocado una huida de votantes hacia Ciudadanos, pero también hacia Podemos.
El partido de Pablo Iglesias irrumpe con 15 diputados, inmenso resultado, pero quizás menos del esperado y, sin duda, impide a Podemos convertirse en una alternativa al bipartidismo -o la casta, según sus términos- en el corto plazo.
Ciudadanos suma 9 diputados, convirtiéndose en el otro triunfador de la noche, arañando votos en este caso casi en exclusividad al Partido Popular. Es una de las opciones del PSOE para formar gobierno.
Izquierda Unida, por su parte, pasa de 12 a 5 diputados, tras ser absorbido buena parte de su electorado por Podemos.
Hasta aquí los resultados. En el análisis, Susana Díaz acertó adelantando las elecciones autonómicas. No llega a la mayoría absoluta de los 55 diputados, pero repite resultado y debilita al PP, por lo que tendrá más fácil gobernar. Increíble que el electorado no haya castigado la corrupción de los EREs, seguramente porque muchos votantes han visto en el PSOE el partido con más posibilidades de gobernar y que despertaba mayor confianza.
Los populares han pagado la crisis, la corrupción y la novatada del candidato desconocido. Sorprende también que, no habiendo gobernado nunca en Andalucía, no haya sido la alternativa real al PSOE. Aunque no creo que el resultado en Andalucía se pueda extrapolar a otras comunidades autónomas, como la valenciana, por ejemplo, donde podría suceder lo mismo que en Andalucía pero a la inversa, con el PP y el PSPV-PSOE.
Podemos llega fuerte, pero se queda lejos de lo esperado. Es previsible que no entre a gobernar con el PSOE, dado que el resto de elecciones autonómicas y generales están a la vuelta de la esquina. Hasta que no acaben todos los procesos electorales es difícil hacer una crítica completa del partido de Pablo Iglesias. Aunque me atrevo a decir que con la recuperación económica, las opciones de Podemos se reducen.
Ciudadanos se confirma como la marca blanca del PP. En su mayoría la huida de votantes populares han ido a parar al partido de Albert Rivera, cuyo recorrido a nivel nacional deberá esperar también a las elecciones autonómicas del resto de España y municipales en mayo y las generales de noviembre. En cualquier caso, gran éxito en estos comicios andaluces.
Izquierda Unida paga la irrupción de Podemos y los desencuentros con el PSOE en los últimos meses. Se desploma, pero mantiene la representación con 5 diputados (frente a los 12 de hace 3 años), un resultado que podría ser peor en otras regiones españolas, aunque todo dependerá del éxito de Podemos.
Por último, UPyD se queda fuera del Parlamento y sitúa a la formación de Rosa Díez en una situación muy delicada en el resto de España.
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