Una de las imágenes de la exposición. Esta propuesta nació en el 2002, como respuesta a una
exposición organizada en la Galería Antonio Camba, cuando ya eran directoras de
este espacio Alejandra y Maribel Bordoy, en aquella ocasión se convirtieron en
pequeños mundos (bolas de navidad) bajo el título Viajeros, encuentros y
desencuentros, en reminiscencia a una infancia donde la navidad era tiempo de
peregrinaje… Desde entonces estos personajes siguen sigilosos su devenir por la
vida, agazapados para mostrarse en momentos cruciales. Y en ese caminar termino
por denominarse Un mundo casi perfecto.
En 2010 este proyecto fue premiado por la Sala Lai de Gijón, en su 11
convocatoria Un espacio en un espejo. Lo que dio lugar a la web con el título
del proyecto en sí. Donde tres fotografías cubrían la sala, y pequeñas cajas de
metacrilato translucido en forma de corazón, relataban escenas que desde la
inocencia de los personajes necesitaban una observación ciertamente analítica
de la situación…
Un Mundo casi perfecto, nace desde una escenografía que da paso a una secuencia
de imágenes, las cuales sirven para ilustrar un universo personal, desde esa
introspección que cada creador aguarda en su interior, retazos de vida,
disputas, ilusiones, sueños (ya que nunca se sabe porque siempre aparece la
posibilidad de que esta vida sea eso un sueño, solo un sueño en el que tal vez
estemos a punto de despertar). O porque no en algunos casos frustraciones que
son parte inevitable de la parca Lachesis de nuestra existencia.
Algunas escenas son sencillamente poemas visuales, que serán (como todas las
imágenes) comprendidas desde la individualidad del ser. Una escalera en medio
del mundo con un título que invita a pensar.
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