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Me niego a llamar a los antros de apuestas casas de apuestas. Una
casa te recoge, te cuida, te protege. En una casa hay calor humano, hay
cariño, empatía, apoyo, solidaridad familiar. Los antros de apuestas son
todo lo contrario y este pasado viernes en la Morada fijamos nuestra
mirada en esto. En esos antros, con colorines brillantes, con falsa
emoción... (aplica también para otro tipo de clubes), sin ventanas ni
relojes, solo una cosa, la política de sacarle el dinero a la gente a
cambio ilusiones de enriquecimiento rápido.
El
problema con los antros de apuestas es grave, han conseguido situarse en
el espacio del ocio aceptable para muchos jóvenes a través de las
apuestas deportivas. ¡Y qué casualidad que donde más abundan es en los
barrios humildes! Claro, es donde un enriquecimiento repentino es más
anhelado, es donde menos posibilidades tiene su gente.
En
mi barrio hay un antro de apuestas al lado del colegio de mi hijo. La
normativa que los expulsa no se aplica de forma retroactiva y ahí sigue,
pero acabaremos por expulsarlo a través de la presión política y
vecinal. Es muy necesario que mantengamos la guardia alta, las formas de
hacer caer a la gente humilde en falsas promesas que llevan a la ruina y
a la adicción son muchas y variadas. El capitalismo y el capital no
dudan en explotar nuestras miserias y nuestros temores.
Estos
antros de apuestas son un problema físico, visible, sin embargo hay
otras amenazas menos evidentes: las apuestas online, apostando desde el
móvil, en cualquier lugar en cualquier momento y nadie lo ve... Algunos
juegos de videoconsola ofrecen paquetes sorpresa a cambio de fichas (que
cuestan euros de verdad) y que son un paso previo al mundo de las
apuestas deportivas. Ofrecen recompensas rápidas y trepidantes, aunque
lo normal, como todo juego de azar, es que gane la banca. Y por último,
las criptomonedas y la agresividad con la que se están promocionando en
redes sociales y la facilidad con la que puede calar en adolescentes y
jóvenes que de repente se ven inmersos en una estafa piramidal o que han
perdido quinientos euros en bitcoins.
Contra la
usura, contra que unos pocos ricos dueños de fondos de inversión
destrocen los barrios y a la gente humilde ya hemos tomado medidas:
alejar y limitar el establecimiento de nuevos antros de apuestas, acotar
la publicidad en televisión, prohibir que salgan en sus anuncios
personajes famosos, no permitir su promoción en las camisetas de los
equipos deportivos... Es necesario trabajar para el bien común y hacia
una salud económica, social y mental que ahogue el espacio de la usura y
que nos permita, al fin y al cabo, ser libres.