Alexander Plishkin. FOTO EPDA Alexander Plishkin es un empresario español de origen ruso que vive en Puerto de Sagunto desde 2004 y, como miles de personas en España, es uno de afectados por la gran estafa de la banca española de las participaciones preferentes, un producto financiero pensado para expertos en la materia y que, sin embargo, los bancos han ofrecido a sus clientes de toda la vida para salvarse de la ruina.
Alexander es uno de los clientes que Aúnmas Consulting está defendiendo ante los tribunales. El director de la oficina de Puerto de Sagunto abusó de la confianza que tenía en él Alexander, después de años como cliente, para retenerle 100.000 euros.
La odisea comenzó en febrero de 2011, cuando su empresa pidió un crédito documentario para una compra de 12 toneladas de cerámica industrial procedente de China, para la cual el banco le solicitó un aval de 4 veces el valor del crédito de 30.000 euros.
‘‘El director de la oficina, Antonio con el que tenía amistad, me pidió 120.000 euros como aval, pero me hizo el ‘‘favor’’ de dejarlo en 100.000 euros’’, relata a El Periódico de Aquí junto a su abogado, David Castelló. Fruto de esa ‘‘buenísima relación’’ le dio a firmar varios documentos, que hizo por la plena confianza en él.
Sospechas
El 3 de marzo, el dinero de su cuenta se transfirió a otra como aval de la operación, que concluyó en mayo y en junio el banco pagó los 30.000 euros de la compra de la mercancía de una cuenta de la empresa y no de los 100.000 euros del aval.
En julio, el empresario se fue a su oficina porque necesitaba recuperar los 100.000 euros ante un problema de liquidez de su empresa. Y aquí comenzó la odisea. La primera respuesta del director ‘amigo’ fue que no podía sacar el dinero en ese momento porque ‘‘había problemas para vender’’. Aunque le sorprendió la respuesta, aceptó la oferta del director de pedir un crédito de 20.000 euros.
Un mes más tarde, volvió para pedir el dinero y el director le informó que en realidad estaba invertido en acciones preferentes -un tipo de producto que entrega el dinero al banco a perpetuidad-. ‘‘Entonces aún no había leído la letra pequeña y firmé la orden de venta de 50.000 euros, que era el dinero que necesitaba. Volví a confiar en él cuando me dijo que en un mes lo tendría’’, prosigue. Así estuvo visitando su oficina durante semanas y la respuesta del director era la misma: ‘‘No hay compradores’’.
A principios de octubre se encontró otra sorpresa. A Antonio lo habían trasladado a otra oficina y en su lugar estaba ‘‘un jovencito que me pidió unas semanas de tiempo para ponerse al día’’. Un mes más tarde, cuando lo recibió, le explicó que el mercado de las acciones preferentes ‘‘está cerrado y que la situación se arreglaría en un par de meses’’. Así es como en diciembre decidió llevar la estafa a su abogado, David Catelló.
El robo no quedó sólo en esos 100.000 euros retenidos sin su permiso, sino que, además, el banco le amenazó con iniciar un proceso judicial si no devolvía el préstamo personal, cuyo vencimiento tuvo lugar el 28 de febrero, después de embargarle todas las cuentas personales.
Pero todavía le quedaría por escuchar de boca del nuevo director el penúltimo despropósito antes de acudir a su abogado, cuando la propuso la devolución del 75% del valor de las acciones o esperar a recuperarlas dentro de 1’5 años por el 100% del valor que tuvieran en ese momento.
Sin poder dormir por las noches y sin poder pagar a sus empleados -pese a esos 100.000 euros retenidos por su banco de toda la vida-, espera que el juez le dé la razón. Cientos de miles de personas tienen la misma pesadilla cada noche en España.
(Puedes leer más sobre acciones preferentes en http://www.elperiodicodeaqui.com/noticias/LagranestafadelaBanca/19956)
Comparte la noticia
Categorías de la noticia