La secretaria autonómica de Igualdad y Diversidad, Asunción Quinzá, durante la entrevista. /JAIME SORIANO
Un instante durante la entrevista. /JAIME SORIANOCada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En esta fecha, la secretaria autonómica de Igualdad y Diversidad, Asunción Quinzá, insiste en una aspiración que guía su trabajo diario: “un día en el que el 25N celebremos que ya no existe la violencia contra la mujer”. Bajo ese objetivo, defiende la creación de un comisionado específico para combatir esta lacra y subraya el valor de nuevas alianzas, como la implicación de las farmacias, convertidas ya en espacios clave para detectar situaciones de riesgo.
—Antes de adentrarnos en cifras, recursos y prevención, y más allá del cargo, cuando se quita el traje institucional, ¿qué aspectos le preocupan más sobre la lacra de la violencia de género? ¿Qué prioridad siente que debe ocupar el centro de los esfuerzos?
Me preocupa todo, pero donde estamos poniendo el foco y los esfuerzos es en que las víctimas tengan la seguridad y la certeza de que se puede salir de ese ciclo de violencia. Para ello, tenemos que darles garantías. En esta línea, estamos muy preocupados por lo que está ocurriendo con las pulseras AliExpress, que ha sacado el Ministerio de Igualdad con el cambio de contrato. Son los dispositivos que dan seguridad a las víctimas de que van a estar protegidas y han estado fallando sistemáticamente. Esto no ayuda a dar esa seguridad, esa certeza a las víctimas y el problema es que nos tira abajo casi todo el trabajo que estamos realizando.
—Las estadísticas oficiales muestran una tendencia a la baja, aunque moderada, en el número de víctimas mortales en las últimas dos décadas, si bien el número de denuncias y de casos activos ha experimentado un aumento. ¿Se está avanzando realmente o hay una falsa sensación de progreso?
El incremento de denuncias siempre lo vemos como un dato positivo, porque la administración tiene muchísimos recursos para ayudar a las víctimas y a sus entornos, pero muchas veces se desconocen. Y por eso estamos haciendo un esfuerzo en que toda la sociedad civil conozca que hay medios para ayudar a una víctima a salir adelante. Cuando la víctima tiene esa certeza, es cuando da el paso de poner una denuncia. Porque el problema con este tipo de violencias es que muchas veces han quedado silenciadas. Son violencias que incluso antiguamente se estimaba que eran problemas domésticos, que tenían que quedar de puertas para dentro de una casa. Esto no es así, esto es cosa de todos, por eso hacemos un llamamiento absolutamente a los entornos, porque a lo mejor a una mujer le es muy difícil dar ese primer paso, poner esa denuncia, pero esto es algo que nos tiene que interpelar a todos. Los entornos, cuando conocemos que hay un caso de violencia, tenemos que ponerlo en conocimiento para que la administración pueda desplegar sus instrumentos y pueda ayudar a esa mujer.
—Hablamos de una sociedad más concienciada, pero los titulares siguen recordándonos que la violencia machista no ha desaparecido y sigue existiendo miedo a denunciar. ¿Dónde diría que están los principales puntos ciegos?
La violencia contra la mujer es una violencia estructural que se define por: quien te está haciendo más daño es la persona que tú has elegido como el amor de tu vida. Muchas veces es difícil salir de ese ciclo, no lo ves y caes siempre en el “voy a cambiar” o en el miedo a “qué va a pasar con mis hijos o qué va a ser de mí”, porque muchas veces se tiene el sustento económico por parte del agresor. Por eso, tenemos todo tipo de medios, tenemos residencias integrales donde se va a atender a la mujer, a sus hijos, donde se le va a dar formación, se le va a procurar una inserción sociolaboral. Es decir, hay un tratamiento absolutamente integral a la mujer. Esos son los puntos que se desconocen y en los que estamos haciendo hincapié en que se conozcan. A la administración le es muy difícil poder ayudar a una víctima si no conoce que esa víctima está en peligro. En muchos casos de desenlaces fatales, cuando desgraciadamente ya habido asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, muchas no estaban en el sistema VioGén, no estaban en nuestras redes, nunca habían contado ese caso a la administración. Nosotros no podemos desplegar ninguna ayuda si desconocemos que eso existe. De ahí el llamamiento, no solamente a las propias víctimas, sino también a las familias, a los entornos, a los vecinos. Queremos que nos den esa voz de alarma de que hay una mujer en peligro o en un potencial peligro.
Una de las novedades que hemos implantado este año es la colaboración con todas las farmacias de la Comunitat valenciana a través de sus respectivos colegios. Al final son un establecimiento de barrio al que casi todos los vecinos acuden en algún momento porque van a necesitar alguna medicina y son lugares que pueden detectar si hay una mujer en una situación vulnerable, de violencia. Se han convertido en nuestras aliadas.
—La violencia psicológica preocupa cada vez más, especialmente entre los jóvenes, donde entran en juego las redes sociales, el control digital o las relaciones tóxicas normalizadas. ¿Qué es lo que más alarma en esta franja de edad y, sobre todo, cómo se llega de verdad a la juventud para prevenir estas conductas?
Para nosotros es muy importante poner el foco en la gente joven, porque desgraciadamente las cifras nos decían que se incrementaba la violencia en este sector de la población, con todo el trabajo que se estaba realizando de formación y sensibilización. Por eso, hemos destinado campañas de sensibilización y de comunicación específicas, enfocadas a la gente joven. Más allá de todo eso, hemos atacado también el tema de la pornografía por parte de este sector más joven de la población; hemos ido por los colegios formando, informando y tratando este tema de manera específica. Este año, la campaña del 25N, del Día Internacional contra la Violencia de Género, la enfocamos en la violencia digital por parte de los jóvenes, con formatos que van a ser fácilmente reconocibles para ellos y con mensajes muy directos para que sepan detectar de una manera temprana lo que no es una broma y lo que constituye una violencia de género.
—Lamentablemente, todavía escuchamos discursos negacionistas sobre la violencia de género. ¿Cree que son peligrosos, especialmente de cara a los jóvenes? ¿Cómo se pueden contrarrestar?
Somos conscientes de que la violencia contra la mujer es una realidad, existe y por eso trabajamos y nos ocupamos de que esto cada vez sea menor, hasta hacerla desaparecer, es la gran lacra de nuestro siglo.
—Los recursos y servicios de atención han mejorado mucho. Si una mujer llama hoy al 016, ¿qué recorrido de apoyo recibe en la Comunitat Valenciana?
Si una mujer o un familiar o conocido llama al 016 o al específico de la Comunitat contra la violencia, que también está operativo las 24 horas del día, los 365 días del año, que es el 900 580 888, va a recibir toda la información que precise. La persona que le atienda le va a informar de los recursos y se va a preocupar de que tenga canalizada toda la información para que pueda tomar los pasos adecuados para salir o ayudar a salir a alguien de este ciclo de la violencia. Nuestras operadoras son profesionales, trabajadoras sociales, abogadas, que están debidamente formadas para dar toda esta atención, formación y tratamiento. Es decir, no es una telefonista, son personas formadas.
—De su Secretaría, depende el Comisionado para la lucha contra la Violencia sobre la Mujer. Si tuviera que explicar en una frase cuál es su papel, ¿cómo lo haría?
Sin duda, combatir cualquier tipo de violencia sobre la mujer.
—¿Qué mejoras concretas ha introducido este comisionado?
Para nosotros, erradicar la violencia es muy importante, y por eso este gobierno creó este comisionado específico. En el gobierno del Botànic, estas funciones se englobaban dentro de la Dirección General de Igualdad, donde se trataba todo tipo de desigualdades. Queríamos darle un tratamiento específico. Por eso, no solo se creó este comisionado, sino que además se le dotó de recursos, se le duplicó el presupuesto. Tanto es así que nos ha permitido en estos dos años de legislatura incrementar seis nuevos centros para atender la violencia contra la mujer: desde un nuevo centro mujer en Elche, que había sido demandado durante muchísimos años y nunca había llegado a ser una realidad, hasta dos centros residenciales con un tratamiento integral o un centro por cada provincia contra las agresiones sexuales. Son centros impresionantes, no solo por la infraestructura, sino por la dotación de profesionales que tienen, por la sensibilidad y porque se han hecho de una manera amable para poder acoger a las víctimas y a sus hijos e hijas. Cuentan con apartados específicos para los niños, para que no les genere ningún trauma, y están dotados de todo tipo de profesionales, incluso con plazas residenciales por si fuera y la víctima no pudiese pernoctar en su domicilio. Está todo absolutamente contemplado.
—Mencionaba ahora a los hijos e hijas de las víctimas. ¿Cómo se les está protegiendo?
Los menores son exactamente igual de víctimas que la madre. De hecho, son considerados víctimas de violencia y se les protege también de una manera integral. Se les da todo tipo de respaldo y de tratamiento; como proporcionarles la residencia junto con su madre en un lugar seguro. Se les hace un acompañamiento a todo: van al colegio, a sus clases extraescolares, están en un entorno seguro, se les da el cariño, se les da la seguridad, se les da la protección que necesitan. En definitiva, lo que pretendemos es que los niños no se separen de sus madres, estén en un entorno seguro y puedan percibir lo menos posible el episodio de violencia.
—Mirando un poco al futuro, pongamos a final de la legislatura, ¿qué indicadores le gustaría poder mostrar para decir: “hemos avanzado”? Aunque llegar al número cero es muy complicado…
Efectivamente, el número cero es complicado, pero me gustaría, y toco madera, seguir por la línea de reducir el número de muertes, lo primero. Seguir incrementando el número de denuncias y de atenciones. Nuestros centros mujer están realizando muchas más atenciones y las llamadas a nuestro teléfono de atención integral a la víctima de violencia prácticamente son un tercio más, y esto es que al final estamos llegando a la población, y eso es a lo que aspiramos: a llegar, a que sepan que hay salida y que la gente se vaya atreviendo a denunciar y a poner en conocimiento cuando hay alguien en peligro, porque al final esto es algo que nos compete a todos.
—¿Qué gesto o compromiso pediría a la ciudadanía, algo concreto que cualquiera pueda hacer, para contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres?
No permitir conductas que puedan derivar en una violencia, como las relaciones tóxicas. Por eso, es necesaria mucha formación, mucha concienciación y mucha información a la población más joven, y que sepan que lo que hoy es un granito de arena se puede convertir en una montaña, que se tiene que zanjar inmediatamente. Mucha sensibilización a toda la población y que vean la violencia contra la mujer no como una cuestión de las administraciones o como un problema doméstico sino como un problema que nos tiene que interpelar a todos y que entre todos tenemos que ponerle solución. Aspiramos a que haya un día en el que ya no tengamos que hablar de esto y que el 25N lo que celebremos sea que ya no existe la violencia contra la mujer.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia