El Servicio de Explotación de Puertos
de la Generalitat Valenciana parece embarcada en una cruzada contra
los deportes náuticos, mediante la aplicación de la Tasa G5 –que
deben pagar las embarcaciones matriculadas por el uso de las
instalaciones portuarias- a toda la flota de embarcaciones deportivas
ligeras destinadas a escuela y competición (piraguas, Optimist,
botes de remo, etc) .
Hasta la fecha, y durante más de 25
años, estas embarcaciones estaban exentas del pago al no tener
obligación de matrícula y entenderse que los clubes ya pagan por
ellas dentro del canon concesional por uso de suelo que ocupan las
embarcaciones.
Hace unos meses algunos clubes
recibieron una comunicación que les instaba a notificar el material
náutico ligero del que disponían. Ante esta situación se
establecieron contactos con la Administración para aclarar la
situación. El entonces director General, Carlos Eleno, y el Jefe de
Servicio de Explotación de Puertos, Julio Marín, informaron en una
reunión de que las embarcaciones deportivas ligeras, exentas de
matriculación, se mantendrían fuera de la obligación de la Tarifa
G5, no debiendo ser dadas de alta. Se da la circunstancia de que el
propio sistema de altas denominado “espigón” no recoge la
posibilidad de inscribirlas, por lo que resulta imposible hacerlo, y
demuestra que no están sometidas al pago.
Sin embargo, y a pesar de esta
comunicación verbal, la Conselleria ha iniciado un expediente
sancionador contra los clubes náuticos de Calpe, La Vila Joiosa,
Altea, Moraira y Benidorm. Los responsables de estos clubes se han
mostrado sorprendidos e indignados por la falta de lealtad
institucional de la administración, que ha incumplido con sus
compromisos con el único motivo de recaudar, de nuevo, a costa del
deporte de la náutica.
Además, la Asociación de Clubes
Náuticos quiere denunciar el doble lenguaje de la administración
autonómica y el cinismo que supone utilizar la náutica como reclamo
turístico, invirtiendo enormes cantidades de dinero público en
grandes eventos como la America’s Cup o la Volvo Ocean Race y, al
mismo tiempo, penalizar la práctica del deporte de base
continuamente con tasas inasumibles.
Este nuevo conflicto se une a la
paralización de la renovación de los clubes cuya concesión está
caducada, denunciada recientemente por la Asociación de Clubes, y
que hace pensar que existe una clara voluntad de atacar el modelo de
gestión de los clubes, tanto en lo que supone al modelo de
autogestión de instalaciones, como a la actividad deportiva.
En la práctica, el cobro de la Tarifa
G5 significará la completa paralización de las actividades
deportivas infantiles y juveniles y de las escuelas deportivas,
además de un significativo impacto económico negativo en la venta
de pequeñas embarcaciones y piraguas.
La situación es doblemente
esperpéntica si se tiene en cuenta que la mayoría de las
instalaciones de otras disciplinas deportivas son sufragadas y
mantenidas por la administración en sus presupuestos generales
(pabellones, estadios, piscinas, etc), mientras que los clubes
náuticos deben pagar un canon muy elevado y además hacerse cargo de
las inversiones y del mantenimiento. A esa recaudación, la
Generalitat quiere sumar ahora el cobro de una tasa que incrementará
el coste de mantenimiento de las escuelas deportivas y por lo tanto,
del coste final que deben asumir los alumnos y deportistas.
La Asociación de Clubes Náutico de la
Comunidad Valenciana ya se ha puesto en marcha para frenar este
ataque que se considera frontal contra el deporte y las actividades
náuticas, en general, y los clubes, en particular.
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