Desde mi nueva responsabilidad económica al frente del Ayuntamiento de Alboraya me enfrento a uno de los mayores retos en mi carrera política: ante la negativa coyuntura económica que atraviesa España y muy especialmente nuestro municipio, lograr que Alboraya cuente dentro con un presupuesto 2012 equilibrado, real, sin partidas de ingresos fantasmas. Creo que hay una máxima que hay que cumplir: no se puede gastar más de lo que se ingresa.
En la actualidad y desde hace varios años tenemos unos presupuestos prorrogados y una deuda acumulada de millones de euros. Junto a los trabajadores del área económica estamos trabajando para poner orden en unas cuentas que hasta ahora habían sufrido en la partida de gastos unos niveles desmesurados, hipotecando nuestro futuro.
Endeudamiento
Desde un gobierno responsable no podemos dejar que esta espiral de endeudamiento siga aumentando como si de una hemorragia descontrolada se tratase. Para ello no queda más remedio que apretarse el cinturón para lograr rebajar el déficit y generar ingresos rentabilizando el patrimonio municipal. En este sentido, un claro ejemplo de ante la falta de dinero, imaginación, es la pasada inauguración de la nueva sede del DO Chufa de Valencia en la Casa de Conde Zanoguera.
Gastos suntuarios
Ya acometimos la importante tarea de eliminar los gastos suntuarios (sin asesores, sin sueldos los concejales, la eliminación de estudios innecesarios a cuenta del dinero público…) porque creo que la época durísima que estamos viviendo requiere un esfuerzo colectivo y en primer lugar de la clase política.
Prioritario de este g o b i e r n o será mantener en el presupuesto la partida social y sanear las facturas impagadas, de hecho ya se están liquidando a pequeños proveedores porque queremos recuperar la confianza de las empresas. Se han reconocido presupuestariamente todas las facturas inferiores a 4.000 euros de las llamadas de cajón, haciendo el esfuerzo de reconocer 99.000 euros. De igual modo, ya hemos aprobado solicitar a la Sindicatura de Cuentas una auditoria pública económica y de legalidad del Ayuntamiento y sus empresas públicas, cumpliendo de esta manera nuestro primer compromiso en el gobierno.
Entre todos, vamos a poder cambiar este remanente negativo de Tesorería, este esfuerzo dará fruto, y hará posible que Alboraya, consiga de nuevo enfocar su gestión desde el sentido común
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