Llega la Semana Santa y, con ella, unos días de descanso en los que
muchas personas buscan destinos para viajar. Por ello, desde AVACU quieren recordar
cuáles son algunos de los principales problemas con los que se pueden encontrar los
consumidores y qué se puede hacer en cada situación para poder disfrutar de las vacaciones.
¿Qué sucede si se retrasa o cancela mi vuelo?
En caso de retraso, la compañía deberá
ofrecer a los pasajeros información de sus derechos, comida, bebida, dos llamadas de teléfono
gratuitas y, en función del retraso, alojamiento en un hotel (facilitando el transporte desde el
aeropuerto).
Si, además, el retraso supone un perjuicio para el usuario (pérdida de un enlace
con otro vuelo, días de vacaciones, excursiones pagadas…) hay que recopilar toda la
documentación que lo pruebe y exigir a la compañía aérea un resarcimiento económico.
En
caso de cancelación la compañía debe ofrecer el reembolso del billete o un transporte
alternativo hasta el destino final, además de las indemnizaciones correspondientes.
Si le ocurre algo a mi equipaje, ¿cuáles son mis derechos?
La compañía aérea es la
responsable si se produce la destrucción, pérdida o daños en el equipaje facturado.
Es
importante que, en el momento de detectar el problema, se acuda al mostrador de la
compañía (en algunos aeropuertos existen oficinas especiales para estos casos) para dejar
constancia por escrito de la incidencia o, si no es posible, poner su reclamación antes de 7 días
en el caso de daños en el equipaje o de 21 días en el caso de retraso o pérdida del mismo.
Si el
retraso ocurre en el vuelo de ida y es necesario comprar prendas o productos básicos, deben
guardarse los justificantes de las compras para reclamarlas.
Tengo contratado un viaje combinado, ¿puede la agencia exigirme el pago de una
indemnización si decido anularlo?
Si se anula un viaje combinado contratado existen
determinadas penalizaciones para el consumidor, que varían en función de la cercanía de la
fecha de salida. Estas penalizaciones sólo son exigibles si es el consumidor quien anula el viaje
en un plazo inferior a 15 días y siempre que no lo haga por una causa de fuerza mayor.
Hay
que tener en cuenta también que se podrán exigir, si los hubiera, unos gastos de anulación. En
caso contrario, el consumidor podría reclamar a la agencia o mayorista por la anulación de su
viaje.
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