Héctor González. /EPDA El asociacionismo constituye una seña de entidad y de cohesión de Valencia. Existen asociaciones de todo tipo, empezando por las mismas comisiones falleras. Su objetivo final resulta muy diferente: cultural, filantrópico, profesional, deportivo, festivo…; no obstante, su forma de funcionar coincide en que se basan en tejer relaciones entre personas, en sumarlas para confluir en una meta común.
La Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu) celebró hace escasos días su 45 aniversario. Cada lustro organiza una fiesta para mostrar su labor y, ante todo, para unir a otras asociaciones.
La entidad que preside Fernando Móner logra, en su acto, aglutinar a otras muchas organizaciones de diversa índole con las que, de alguna forma, colabora. O entre las que existe una simpatía recíproca. Y, además, a algunas de ellas les hace un reconocimiento sorpresa, inesperado, ya que no están avisadas de que lo van a recibir. Aunque lo merezcan con creces por su labor social.
Porque en Valencia viven muchas personas y coexisten incontables entidades que son acreedoras de recibir un galardón. Faltan premios para distinguirlas. En este sentido El Periódico de Aquí ayuda a paliar ese déficit de premiadores con su gala anual de entrega de reconocimientos.
Las asociaciones reflejan la esencia de Valencia; y la ciudad perdería su alma sin la vida y la fuerza que le dan sus asociaciones. Cada entidad social aglutina a un grupo de personas que dedican su tiempo, su energía, su pasión y su ilusión a impulsar algo, a centrarse en una actividad que, al final, suele mejorar la vida de todos sus conciudadanos. En el caso de Avacu lo hace por defender los derechos de consumidores y usuarios. Enhorabuena a todas. Y felicidades a Avacu.
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