Mar Blanch Las
elecciones municipales están cada vez más cerca. Las vitrinas de
las sedes de los partidos tradicionales exhiben imágenes
superlativas de sus líderes, retratados como auténticas estrellas
de rock. Podemos verlos por algunas de las calles y plazas más
concurridas de Alaquàs. En sus discursos, en sus eslóganes, en sus
redes sociales: Alaquàs. Las fuerzas bipartidistas llaman ahora a
cuidarla, a renovarla, a impulsarla. Es evidente que se abre una
nueva etapa de cambio para nuestro pueblo, con nuevos rostros y con
aires renovados. Lo que debemos preguntarnos en este punto es:
¿puede
protagonizar este cambio necesario para Alaquàs un partido que lleva
36 años en el poder? Es crucial que nos hagamos esta pregunta para
superar de forma definitiva una etapa marcada por la falta de
consenso y el endeudamiento.
Para
avanzar como pueblo, para avanzar Alaquàs, debemos ser capaces de
priorizar las necesidades de la gente.
Necesitamos
un sistema de trabajo público municipal que ofrezca garantías; un
modelo de participación que ponga en primer lugar al tejido
asociativo; una política fiscal que vele por la sostenibilidad
ambiental y el interés de la ciudadanía
de
a pie, así como la puesta en marcha de proyectos a nivel local que
promuevan la solidaridad e impidan que nuestros jóvenes se queden
fuera del sistema educativo.
Desde
que perdió su mayoría en las anteriores elecciones, el actual
Equipo de Gobierno ha impedido que se produzca avances en estos
ámbitos, dejando en el cajón las diferentes iniciativas que se
impulsaban desde el resto de grupos. Por otro lado, es una
irresponsabilidad flagrante abanderarse de la transparencia y de la
pluralidad al tiempo que se evita de forma reiterada ofrecer
explicaciones y esclarecer las cuestiones que afectan a nuestras
vecinas y vecinos en las comisiones que mi grupo solicita en cada
sesión.
Para
afrontar esta nueva etapa, debemos superar la política de la foto y
de los grandes proyectos. El bienestar de nuestra ciudadanía no se
sostiene únicamente con caras sonrientes y medidas cosméticas.
Aún
con el reto que supone este nuevo ciclo y las dificultades impuestas
por un Equipo de Gobierno que deja fuera a una parte de la sociedad,
siento que ahora podemos ser optimistas y creer en una Alaquàs que
avanza, con fuerza, con valentía. Sin embargo, este cambio solo es
posible si somos capaces de responsabilizarnos e impedir que otros
tomen las decisiones por nosotras.
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