“No todo vale en política. La dignidad no tiene precio y yo necesito salir a la calle y poder defender mis ideas con la cara bien alta”. Así de rotundo se manifestaba el que fuera teniente alcalde del Ayuntamiento de Museros desde el año 2003, Javier Marí, quien fue cesado de su cargo la semana pasada tras comunicar, al igual que hiciera el edil Julio LaCruz, su decisión de causar baja como militante del PP y como miembre del grupo en el Consistorio.
La determinación de estos dos concejales altera de manera notable la configuración del pleno de Museros. Así, el equipo de gobierno queda en minoría con cinco ediles, uno de ellos del partido de socialistas independientes de Museros, frente a los ocho concejales que suma la oposición.
El alcalde, José María Aznar, tiene claro que gobernar en minoría “siempre es complicado” pero “tenemos la obligación y la responsabilidad de seguir gestionado y de tratar de alcanzar acuerdo para que los proyectos salgan adelante, por el bien del pueblo”. Aznar, que ve bastante improbable que se plantee una moción de censura, consideró que con esta decisión tanto Marí como LaCruz “han abandonado a todos los vecinos que votaron a una lista cerrada que iba bajo las siglas de un partido”.
Respecto a los ceses como responsables de área, el alcalde señaló que “lo normal es dejar la concejalía en manos de personas que sí quieren formar parte de un proyecto político” y acusó a los ediles salientes de “haber provocado toda esta situación, ya que son ellos los que piden que se les dé de baja del grupo municipal popular, no soy yo ni el resto de ediles los que los echan”.
A la hora de justificar su decisión, Marí aseguró que desde hacía tiempo no se sentía identificado con lo que el que aún era su partido estaba haciendo tanto a nivel nacional como autonómico, a lo que se sumaban las tensiones locales. “No puedo estar de acuerdo con la falta de transparencia, con la corrupción generalizada, con la posición del gobierno central respecto a la financiación autonómica”, aseveró el edil de Museros.
Desde su puesto, como concejal de un municipio pequeño, Marí afirmó que tuvo que tratar de “justificar los incumplimiento de la Generalitat con sus vecinos en cuestiones tan vitales como la construcción del nuevo colegio o el pago de una deuda de 1 millón de euros”. Javier Marí no quiso adelantar nada sobre sus planes de futuro a nivel político, aunque no descartó concurrir a las elecciones municipales de 2015 bajo las siglas de otro proyecto político con el que “me pueda sentir identificado”.
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