Pere Valenciano. FOTO QUILES Acabo de recibir una carta del todavía Banco de Valencia que me ha puesto triste. Lleva por título 'Información sobre el proceso de integración de Banco de Valencia en ''la Caixa'', una manera muy sutil para anunciar la desaparición de esta centenaria entidad, hundida por la incompetencia y avaricia de unos pocos, y regalada a la entidad catalana, que nos anuncia el golpe de gracia definitivo en las próximas semanas.
''Nos dirigimos a usted para informarle sobre el proceso de integración de Banco de Valencia en ''la Caixa'', prevista para el próximo mes de julio'', continúa tras el típico encabezamiento de cortesía ''Apreciado Sr. Valenciano''.
La misiva firmada por un tal Bibiano Martínez Perales, director general de Banco de Valencia, informa que hasta el 28 de julio todo seguirá igual, recordando que desde el 1 de marzo ''puede efectuar reintegros a débito con sus tarjetas, sin coste alguno, en los cerca de 10.000 cajeros automáticos de la Caixa''. Y a partir del día siguiente se producirá ''la integración operativa'' o el golpe de gracia definitivo. En ese momento, mis cuentas, depósitos y créditos cambiarán de numeración, pero podré seguir operando a través de internet, a partir de entonces desde Línea Abierta, la banca on-line de la Caixa.
Por lo demás, todo seguirá igual: seguiré pagando mi hipoteca religiosamente, seguiré pagando comisiones por respirar, seguiré pagando por recibir correspondencia del ex banco valenciano, seguiré pagando cantidades astronómicas por descubiertos, seguiré teniendo muy difícil obtener crédito de mi banco de toda la vida -ahora seguramente más porque ya no es mi banco de toda la vida-.
Me podrán decir que todo sigue igual, pero para mí el Banco de Valencia está muerto. Ya no hace honor a su nombre. Ya no es el Banco de Valencia. Ahora es el banco de la Caixa de Cataluña. Y yo no elegí contratar mi hipoteca con la Caixa de Cataluña, sino con el Banco de Valencia, con todo lo que ello significaba.
Los valencianos como pueblo somos unos 'meninfots'. Qué duda cabe. Y ha vuelto a quedar patente una vez más con algo tan importante como el control de nuestro sistema financiero. Ni nos queda la CAM, ni nos queda Bancaja, ni nos queda Banco de Valencia. Y no pasa nada. Que por algo somos valencianos.
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