Una patrulla de la Guardia Civil realiza un control en uno de los accesos a la localidad valenciana de Benigànim. EFE/ Biel Aliño/Archivo
La localidad valenciana de Benigànim, la primera en ser confinada tras el levantamiento del estado de alarma, ha vivido este martes su primera jornada de normalidad tras 22 días de encierro que han dejado huella entre vecinos y comerciantes.
Según ha explicado a EFE el concejal Llario Sempere, la cifra de casos activos de COVID-19 se encuentra por debajo del centenar en este municipio de menos de 6.000 habitantes.
"La gente ha cumplido las normas de forma responsable, salvo pequeñas excepciones, porque siempre hay alguien que dice que esto de la COVID es mentira; pero no hemos visto actos irresponsables excepto alguna acción muy puntual", explica.
Este concejal relata cómo la Policía Local y la Guardia Civil han aplicado "mucha pedagogía" para lograr un confinamiento exitoso, e insiste en que los vecinos lo ha aceptado con normalidad.
"El comercio local, que es bastante numeroso para el tamaño del pueblo, obviamente se resentirá tras este segundo confinamiento, pero desde el Ayuntamiento estamos tomando medidas para rebajar los impuestos y conceder ayudas allá donde la Generalitat no haya podido llegar", ha explicado Sempere.
"Se trata de evitar cierres, y para eso estamos estudiando compensaciones para los comercios que se hayan podido ver más afectados, por sectores, porque no es lo mismo el caso de los supermercados o tiendas de alimentación, que han podido abrir, que cualquier otro tipo de negocio".
Los vecinos del municipio que trabajan fuera han podido salir con normalidad y el Ayuntamiento no tiene constancia de que ninguna empresa haya puesto problemas.
"El confinamiento de Benigànim fue público y notorio, apareció en todos los informativos", explica Llario Sempere.
"Quizá el único problema se produjo el primer día, porque dos de los cuatro accesos a la localidad se bloquearon con barreras, mientras que en los otros dos la Guardia Civil estableció controles. Muchos vecinos desconocían esto, y tuvieron algún problema, pero sólo durante los primeros días".
Preguntado sobre la posible huella de este segundo confinamiento, Sempere asegura estar convencido de que "necesariamente quedará en la conciencia de los vecinos, que probablemente iremos con más cuidado".
"Quizá en los pueblos pequeños hay una sensación de confianza que no existe en las ciudades, porque siempre conoces o sabes quién se sienta a tu lado en el bar. Es posible que eso cambie a partir de ahora, que se cuiden un poco más las distancias, el uso de mascarillas o los contactos innecesarios".
Las medidas activadas por la Generalitat en Benigànim el pasado 1 de septiembre contemplaban el confinamiento perimetral de la población que permitía, no obstante, la circulación de personas residentes dentro del municipio.
Se estableció asimismo un máximo de 10 personas en reuniones de carácter social o familiar y los actos de culto debían realizarse con aforo máximo de hasta un tercio de la capacidad de dichos lugares, siempre respetando las normas de seguridad de uso de la mascarilla y distanciamiento social.
Comparte la noticia