Emma SopeñaEsta
frase es pronunciada por unos trabajadores en el vídeo grabado con
cámara oculta por Cruelty Free Internacional mientras manejan a
varios ratones y un Beagle.
“Como
Hitler, ¡Pasajeros al tren!”, exclama otro empleado.
Se
trata de imágenes del laboratorio Vivotecnia de Madrid. Empresa que
data de 2007 dedicada a la investigación para farmacéuticas y
biotecnológicas realizando pruebas de toxicidad en la industria
cosmética, química, agroquímica, biofarmacéutica, tabacalera,
alimentaria y sanitaria.
¿Saben
ustedes lo que es la vivisección o experimentación in
vivo?
Se
trata de la terrible experimentación y disección de animales vivos
con el fin de hacer estudios fisiológicos o investigaciones
patológicas. Es legal. Se realiza en laboratorios de todo tipo,
incluso en las universidades (donde tienen los llamados animalarios)
y en investigación militar. El término “vivisección”
históricamente se aplicaba a experimentos que implicaban disección
de animales vivos, pero se refiere ya a cualquier experimento en el
que se utilicen animales vivos (experimentación in
vivo).
Poco
se habla de ello con excepción de la polémica surgida con los
laboratorios Vivotecnia. Su animalario cuenta con unidades de
roedores, perros, conejos, minipigs y primates, como se explica en su
página web. Y hablan de “bienestar de los animales” con los más
altos estándares, de responsabilidad moral. Hay que tener
desfachatez.
La
realidad es que todo tipo de animales son masacrados en aras de una
experimentación aberrante. Son animales que han nacido
exclusivamente para ser carne de experimentos hasta que por fin
alcanzan el bienestar de la muerte. Viven en fábricas de
reproducción a la espera de su tortura, aunque también proceden de
capturas o de abandonos. Se les hace inhalar gases tóxicos, se les
aplican sustancias corrosivas, se les extirpan órganos en vivo…
Y
lo increíble es que la mayoría de los experimentos no tienen una
finalidad biomédica, por lo que la justificación de que se realizan
para mejorar la salud humana no es aplicable. Se trata, sobre todo,
de pruebas de impacto medioambiental de productos químicos.
Investigación que estudia el impacto que los productos químicos
tienen en el medioambiente. Experimentación en productos del hogar y
cosméticos (no en la Unión Europea pero sí en otros países).
Investigación militar para probar nuevos armamentos. Experimentación
con nuevos materiales, etc.
Y
se hace bien poco para buscar alternativas, es más barato y fácil
encargar animales para ser sometidos a todo tipo de experimentos.
Especismo obliga, son seres inferiores y por ello podemos utilizarlos
en nuestro propio beneficio de todo tipo.
El
Partido Animalista PACMA ha interpuesto un recurso por la vía
administrativa solicitando que se suspenda la actividad de
experimentación con animales del laboratorio porque el pasado mes de
junio la Comunidad de Madrid levantó la paralización de la
actividad en dicho laboratorio. El PACMA ha interpuesto recurso de
alzada contra dicha resolución. El proceso judicial aún continúa
en trámite. En las imágenes realizadas por Cruelty Free
International y publicadas en The
Guardian
el 8 de abril, se constatan los crueles experimentos que se llevaban
a cabo. Experimentos realmente escalofriantes. No vamos a relatarlos
aquí, les ahorramos el mal momento. Maltrato y sacrificio más allá
de la experimentación.
Pero
la cruel experimentación animal de Vivotecnia no es un hecho
aislado.
Informes
del Ministerio de Agricultura indican que anualmente se utilizan más
de 800.000 animales en experimentación. De ello se hizo eco, según
leímos en www.rtve.es/noticias
el 24 de abril. Roedores, peces, aves, conejos, perros, gatos, monos.
Los
científicos responsables de la Confederación de Sociedades
Científicas de España (COSCE) y de la Asociación Europea de
Investigación con Animales (EARA) indican que hay que cumplir con
las Tres Erres: Reemplazar (encontrar métodos alternativos a los
animales, como los cultivos celulares), Reducir (el número de
animales en experimentación) y Refinar (disminuir el dolor infligido
mejorando las condiciones técnicas y el uso de anestesia). Este
principio fue enunciado en 1959 por dos científicos británicos
(Russell y Burch). El principio se olvidó hasta los años 70 cuando
se inició el debate de la investigación animal gracias a libro de
Peter Singer Liberación
animal
(1975), referente del antiespecismo. El sufrimiento importa
independientemente de quien lo padezca.
A
pesar de que la aplicación de este principio aporta beneficios
científicos - porque los métodos de reemplazo tienen una mayor
consistencia que los métodos con animales al utilizar avances
científicos en diferentes metodologías -, las Tres Erres van muy
lentas.
Las
imágenes de Vivotecnia confirman lo poco que ha cambiado el terrible
proceder con los animales y la urgente necesidad de sustituir los
sistemas de experimentación. Se trata también de investigar cómo,
de invertir en alternativas menos cruentas. No se promueve
escudándose en que no se sabe cómo sustituir esos métodos y se
sigue igual. Pero sí hay procedimientos alternativos que permiten
obtener información antes de utilizar al animal, y esto lo afirma el
presidente de la Red Española para el Desarrollo de Métodos
Alternativos a la Experimentación Animal (REMA) según la noticia
antes mencionada.
Existen
modelos matemáticos y computacionales para deducir los efectos de
una molécula química, técnicas in
vitro
con el uso de bacterias, etc. Además, experimentando con animales se
pueden descartar sustancias que podrían ser adecuadas para sanar
enfermedades o dolencias humanas porque no han dado resultado en los
animales (la aspirina, por ejemplo, es muy dañina para animales).
Por otra parte, los organismos humanos no reaccionan igual a diversas
sustancias que los de los animales, por lo que no siempre hay
garantía de éxito en todas las experimentaciones, y ha habido
medicamentos tóxicos para los humanos que habían funcionado con
animales.
Hay
alternativas y si se investigara más se conseguirían.
Gracias
a las imágenes de Vivotecnia se ha iniciado un debate público y se
ha movilizado mucha gente en contra de estas aberraciones con
animales.
Si
pudiéramos ver todo lo que hacen a esos animales seguro que
pensaríamos que se trata de una película de horror. Habría que
ponerlo en evidencia para que nos opusiéramos a que se continúe una
práctica tan terriblemente cruel.
Que
el escándalo de Vivotecnia sirva para destapar la realidad de la
experimentación animal y termine con el sufrimiento sin paliativos
de esos seres.
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