Los bomberos del turno A posan para EPDA.
Los hombres de Antonio Molina, a punto de salir a un servicio.FOTO EPDA.
15 años. Este es el tiempo en el que las personas que se dedican profesionalmente a trabajos considerados como arriesgados, tardan en comenzar a padecer trastornos psicológicos derivados de la dureza, presión y recuerdos derivados de su oficio.
Esta es la conclusión a la que han llegado los expertos tras trabajar con personas dedicadas a distintos trabajos de riesgo. ¿La solución para no padecer estas alteraciones psiclógicas? El Periódico de Aquí (EPDA) se la ha preguntado a los bomberos de Sagunto. Que para trabajo arriesgado el suyo.
Desconectar. No llevarse el trabajo a casa y suplir, cuando invaden las mentes, cada recuerdo negativo por uno positivo. Esta es la alternativa que aplican los hombres de Antonio Molina quienes afirman que “al llegar a casa y cerrar la puerta has de dejar las vivencias negativas detrás de la puerta para no volverte loco y que no afecte a tu vida familiar y personal”. Por ello, los hombres de rojo han querido resaltar en esta visita algunos de los momentos más divertidos de su experiencia en la lucha contra el fuego. Y contra lo que no es fuego, ya que esta profesión requiere, muchas veces, por no decir en la mayoría de las intervenciones, una gran pincelada de psicología. Así que EPDA presenta la cara más amable y humana de los bomberos de Sagunto. La voz de las mil y una anécdota al rojo vivo.
Excarcelación al son de Bertín Osborne
Dicen que quien canta su mal espanta. Y así fue, cantando, como Ray, el bombero-cantante del parque local, consiguió que una pareja de ancianos se tranquilizara al quedar atrapados entre el amasijo de hierros en el que había quedado convertidos su vehículo tras un grave accidente.
¡Señora, si yo le canto, ¿se va a tranquilizar usted y me va a dejar hacer mi trabajo?! Espetó el bombero a la mujer. Tras la afirmación de la misma, y sin pensárselo dos veces Ray deleitó a los presentes con la canción “Besos” de Bertín Osborne. Y así, al compás de la música consiguió salvar al matrimonio.
Menos agradable fue aquella vez, recuerdan los bomberos en la que tuvieron que atender una llamada que les avisaba de un suicidio en la Pobla de Farnals. Rapidamente acudieron al lugar y encontraron a la víctima con aparentes signos de haberse autolesionado. “Cuando fui a abrir la ventana para airear la habitación, recuerda Ángel Sánchez, el muerto, que no estaba muerto (pero tampoco de parranda) me tocó por la espalda y me gritó: “¿tú qué haces aquí?”. Al girarme lo vi amenazándome con un cuchillo”. El bombero salió disparado y gritando por la emisora: ¡El muerto está vivoooooo!.
Y siguiendo con el más allá, los bomberos relatan que no han sido pocas las ocasiones en que han debido sacar a personas del cementerio al haberse quedado encerradas por no escuchar el anuncio de cierre del mismo. “Recuerdo una señora que se quedó encerrada toda la noche hasta que pasó por allí una persona de madrugada y escuchó los terroríficos gritos. Cuando llegamos, la mujer seguía chillando y no había quien la tranquilizara”. La anécdota, muy popular en Puerto de Sagunto, resultó ser muy graciosa para todos menos para la ancianita.
Bomberos sí, pero no albañiles
Otro caso que provocó las carcajadas de los bomberos fue una vez, hace ya varios años, en la que acudierona un inmueble tras las fuertes lluvias del invierno. “La talla de un ático de había hinchado muchísimo y aparentemente parecía un emboce por las lluvias…Así que, comienza a reírse el bombero, nuestra idea fue pincharla para que se deshinchara…”. Pero lejos de la realidad. El techo del inmueble se desplomó ante sus pies (suerte que no fue ante sus cabezas) y aún cuando lo recuerdan (y teniendo en cuenta que nadie resultó herido) se desternillan narrando lo que parece más un capítulo e Benito y Compañía, que un caso real.
Y siguiendo con casos que parecen una cosa y luego son otras, los hombres de rojo contaron a EPDA aquella vez que acudieron a un gran incendio desatado en un antiguo edificio de Sagunto. Totalmente equipados con sus uniformes, sus mangueras, sus camiones acudieron al inmueble por el que salía humo de muchísimos puntos. Al armarse de valor y subir al mismo descubrieron que estaban fumigando. En fín, que no hay mal que por bien no venga.
No sólo en los cuentos y películas
Los bomberos de la comarca no quisieron dejar de homenajear a los gatos y animales más aventureros de la comarca y a sus propietarios. Tres camiones de bomberos con todo su equipamiento y correspondiente personal. Esta fue la movilización ante una llamada. Al llegar al lugar de los hechos, el objetivo era, tan sólo, bajar un gato de un árbol. Y es que, aunque parezca mentira, esto no sólo sucede en los cuentos y en las películas. Ovejas en alcantarillas, caballos en autopistas, pelajes de gatos atrapados en ruedas de coches, perros perdidos y así un largo etcétera, recuerdan alegres el turno A del parque de bomberos de Sagunto.
Y es que, tras cada uno de estos profesionales existe una cara oculta que muchas veces nisiquiera sus allegados conocen. Pero es que, ya se sabe, ante situaciones límite el cuerpo nunca sabe cómo va a reaccionar. Así que así, con alegría, paciencia, profesionalidad y psicología, afrontan estos bomberos dispares su trabajo. Y tan dsipares ya que, en tan sólo una hora de visita EPDA ha descubierto que aparte de bomberos también los hay cocineros, cantantes, preparadores físicos, inventores de bicicletas, galanes, deportistas de élite, poetas, senderistas…
Y es que, como ellos mismos afirman, detrás de cada manguera se esconde el lado más humanos de los luchadores contra las llamas.
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