Andreu Buenafuente ofreció en su segundo programa de Antena 3 más de lo mismo, momentos delirantes, un monólogo brillante, y nuevos ataques a la Monarquía española, un auténtico filón para el catalán y su equipo. También dedicó un 'sketch' a la ''guerra' Argentina-España, con un tono mucho menos beligerante que el empleado con el Rey, su viaje a Botsuana y el perdón público del monarca.
Buenafuente es inteligente y su humor no deja indiferente a nadie, o es alabado y venerado, o es denostado por repetitivo. Berto le come terreno en frescura y Corbacho es un humorista brillante al que se le ve algo desengrasado.
Antena 3 apuesta por el catalán para reflotar las noches de los domingos, con la próxima ayuda de otro catalán, Xavier Sardà, y una productora que estuvo entre las creadoras de laSexta, la cadena absorbida ya de facto por la cadena de Planeta, que también controla el periódico La Razón -sospechoso guiños de Berto en un momento del programa hacia la cabecera de derechas- y Onda Cero.
El segundo programa, para mi gusto, fue más flojo que el primero. Una vez superado el factor estreno, habrá que ver cómo reacciona la audiencia, que en el primer espacio apoyó con un 14% de cuota de pantalla, siendo la tercera opción tras el cine de La 1 y Aída. Mucho me temo que la pretendida ingeniosa entrevista a la bióloga, actriz, productora y escritora, Ana Obregón, no haya conseguido su objetivo de conectar con la audiencia. Fue insulsa, rígida. Muy poco graciosa. Entre otras cosas, porque lo que tenía que contar esta señora, ya lo ha hecho por todos los platós de España, desde Sálvame a La mañana de La 1 o la médium de Telecinco. Ni el personaje ofrecía nada nuevo, ni la entrevista en la bañera tiene gracia alguna. Es una ocurrencia que se quedó en nada.
Y mucho me temo que Buenafuente va a necesitar mucho más para evitar que su programa acabe en el late night de Antena 3.
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