Vista de una oficina de CaixaBank y otra de Bankia reflejada en el cristal en el centro de L"Hospitalet (Barcelona). EFECaixaBank prevé dar mañana luz verde a la fusión con Bankia en una junta general extraordinaria de accionistas que se celebrará en el Palacio de Congresos de València y que será histórica, puesto que dará inicio al proceso de integración en estas dos entidades para formar el primer banco por activos en España, que tendrá su sede social en València.
Los accionistas de Bankia, entre ellos el Estado, con casi el 62 % del capital, dieron ayer en València, tal como estaba previsto, su visto bueno a la operación, y se espera que mañana hagan lo propio los de CaixaBank.
La entidad está controlada por la Fundación Bancaria La Caixa, que ostenta un 40,02 % del capital a través de Criteria, y los siguientes accionistas de peso son BlackRock, con un 3 %, y Norges Bank, con otro 3 %, por lo que es clara la apuesta por la integración con Bankia.
La fusión entre ambas entidades -en la práctica una absorción por parte de CaixaBank, debido a su mayor tamaño- supondrá la operación más importante en el sector bancario español de los últimos años, y más después de la reciente ruptura de conversaciones entre el BBVA y el Sabadell.
No obstante, si tal como se espera la fusión resulta aprobada mañana en esa junta extraordinaria en València, todavía queda un largo camino hasta que se haga realidad.
De entrada habrá que esperar a que en los primeros meses el Ministerio de Asuntos Económicos dé luz verde a la integración, para lo que necesita un informe previo del Banco de España, del BCE y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
El calendario que manejan ambas entidades es que la fusión como tal pueda culminar a finales del primer trimestre, pero la integración práctica de las dos entidades será más larga.
En concreto, las entidades deberán encajar sus equipos directivos y sus servicios centrales, ejecutar un amplio ajuste de personal sobre el que todavía no se han facilitado estimaciones y afrontar una integración tecnológica que se prevé que culmine a finales de 2021, entre otros pasos.
No obstante, ambos bancos han dejado claro desde que anunciaron las conversaciones que no hay otro camino posible, dado el entorno de bajos tipos de interés y la crisis de la covid-19, que elevará la morosidad a partir de 2021.
Tal como explicó ayer el que será el presidente de la nueva entidad, José Ignacio Goirigolzarri, se esperan más de 1.000 millones de euros en sinergias: 290 millones anuales por la vía de mayores ingresos y un ahorro de costes de 770 millones a partir del 2023.
Con la luz verde de CaixaBank a la fusión, se creará un grupo, también con la marca CaixaBank, con un volumen de activos superior a los 660.000 millones de euros, cuotas de mercado cercanas al 25 % y más de 20 millones de clientes.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, que también será el primer ejecutivo del nuevo banco, expondrá mañana ante la junta las razones para justificar esta integración histórica, que supone unir en una misma entidad a las entidades herederas de las dos grandes cajas de España: La Caixa y Caja Madrid.
Al igual que sucedió en la junta de Bankia de ayer, también tomarán la palabra los representantes sindicales de CaixaBank.
Fuentes de CCOO, el primer sindicato en CaixaBank, han explicado a Efe que mañana exigirán a la nueva entidad que la misma responsabilidad social que promete la entidad a sus clientes se aplique también a la plantilla.
En concreto, este sindicato solicitará que los ajustes laborales que se planteen sean en buenas condiciones y voluntarios, y que se equiparen las condiciones laborales de los empleados procedentes de Bankia, entre otros argumentos.
La incógnita, desde el punto de vista sindical, es el volumen que se planteará de ajuste en la plantilla, que suma unas 44.000 personas, contando estrictamente el personal de ambos bancos, y unos 51.000 sumando filiales.
No obstante, en sus últimas comparecencias públicas tanto Goirigolzarri como Gortázar han garantizado a la plantilla un proceso de salidas consensuado.
La red de Bankia y CaixaBank tendrá presencia en más de 2.200 municipios de España, en 290 de los cuales será el único banco presente.
En cuanto el dividendo, a la espera de que se levante el veto del BCE, el nuevo banco prevé alcanzar en 2022 un nivel de 0,33 céntimos por acción.
El nuevo banco surgido de la fusión tendrá un capital repartido entre Criteria, con el 30 % de las acciones, el FROB, con un 16 %, y los inversores institucionales supondrán un 37 %, por un 17 % de minoritarios.
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